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jueves, 7 de enero de 2016

Filosofía para los más pequeños



La filosofía es una de las ciencias que más nos acerca a nuestra condición humana. Propone un pensamiento profundo sobre valores como el amor, la amistad o la libertad, para forjar una personalidad capaz de seguir un camino apropiado. Aunque a priori puede parecer que este tipo de enseñanza no tienen ningún tipo de finalidad práctica y que materias como las matemáticas o los idiomas pueden llegar ser más importantes en un futuro, no somos conscientes de qué es lo que significa asentar unas buenas bases filosóficas en la educación de los más pequeños, porque ¿quién ha dicho que la filosofía está reservada a cursos escolares más avanzados? Cualquier edad es buena para educar en valores y es más, se debe hacer. A continuación vamos a proponer algunas actividades para que podáis trabajar con los niños en el aula que vienen directamente de la mente de la maestra especializada en innovación educativa y emprendimiento, Rocío López Valdepeñas.

La primera actividad propuesta es perfecta para trabajar con cualquier concepto filosófico y resultará muy entretenida para toda la clase Dependiendo del nivel de los estudiantes, elegiremos un  tema u otro, pero para empezar podríamos plantear el amor, la amistad, o la felicidad, como tema principal. En primer lugar crearemos grupos y les pediremos que realicen un mural con imágenes relacionados con el tema que hayamos propuesto, si planteamos el amor, por ejemplo, las fotografías que reúnan deberán ser momentos que reflejen el concepto de amor para ellos; pueden ser instantáneas recogidas en la web o particulares. Una vez terminados los murales, podemos hacer uso de las nuevas tecnologías como valor educativo añadido y hacer que las suban a una red como Pinterest para la puesta en común. Una vez hecho esto les daremos tiempo para que puedan compararlas con sus compañeros, compartan impresiones y traten de encontrar similitudes y diferencias. Después les pediremos que nos expliquen por grupos cuáles han sido los motivos que les ha llevado a reunir esas imágenes. Una vez extraídas las conclusiones, iremos orientando la clase con preguntas y les haremos reflexionar sobre ellas; si por ejemplo uno de ellos trae una fotografía de su viaje a Disneyland, le preguntaremos por el motivo de su felicidad y por qué ese momento le evoca un sentimiento de amor. También podemos preguntar si existen diferentes niveles de amor, o por qué hay momentos más alegres que otros, todo dependiendo del tema y de cómo queramos orientarlo.

La siguiente actividad también es para trabajarla en grupo y se pueda debatir entre todos, de esta manera, además de trabajar el tema filosófico en cuestión, impulsaremos el compañerismo, el respeto y el trabajo en equipo. Podemos utilizar la pizarra, una cartulina o cualquier superficie amplia en la que podamos escribir y anotaremos el concepto filosófico sobre el que queramos trabajar en el centro. Podemos empezar con temas que tengan conexiones significativas con nuestros alumnos y que hayan podido experimentar en primera persona; pueden ser, por ejemplo, la felicidad, la amistad, las emociones, la libertad. Dependiendo del nivel o de la edad de nuestros alumnos podremos exigir un mayor grado de reflexión. Una vez elegido el tema colocaremos cuatro conceptos  a su alrededor que sean muy cercanos a los estudiantes, como por ejemplo el cine, la música, la tecnología o las personas, y les pediremos piensen en las personas, películas o música que relacionarían con ese concepto para explicar el motivo.

Estas actividades tan sencillas suponen el primer paso a un mundo apasionante y divertido que no sólo les brindará la oportunidad de aprender, también les tenderá un puente hacia unos valores educativos que configurarán la persona en la que se convertirá el día de mañana.

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