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viernes, 21 de junio de 2013

Fracaso Escolar: hora de actuar







FRACASO ESCOLAR: ¿Una enfermedad de nuestro tiempo?

 

Reflexionemos, si les parece, porque creo que es momento de hacerlo, sobre el Fracaso Escolar. Son muchas las familias que en estos días están recibiendo los boletines de calificaciones de sus hijos y, en muchos casos, aun esperando que así fuera, se enfrentan a una realidad: han suspendido alguna o alguna materias.


El término fracaso se nos antoja duro, pero debemos perder el miedo: fracasar en la consecución de una meta no es ninguna enfermedad incurable, ni siquiera debe convertirse en enfermedad si actuamos a tiempo: es una situación temporal a la que debemos hacer frente en el momento adecuado tomando las medidas necesarias.

Lo importante, si me lo admiten, no es que nuestro hijo haya suspendido una o varias materias: soluciones hay para que las supere en septiembre; lo importante es el porqué y si el próximo curso ocurrirá lo mismo.

Pero cuando nos ponemos a analizar esos porqués enseguida encontramos un culpable- nosotros tendemos a excluirnos y, en menor medida, también excusamos a nuestros hijos -: “es que los profesores no están preparados; “es que el sistema educativo no funciona”; “es que ese colegio no me convence, les exige muy poco”; “es que este chico es inteligente, pero muy vago, si le ayudaran más…” “porque nosotros hacemos lo podemos”….

No me voy a extender en matizar esas respuestas, solamente voy a hacer una pregunta: ¿No les parece que cuando en un país el 33% de los estudiantes no terminan la Educación Secundaria Obligatoria (un 31 % en Aragón), cuando son cada vez más los alumnos escolarizados que no alcanzan los niveles básicos de operaciones matemáticas, comprensión oral y escrita, cuando es cada vez mayor el absentismo escolar y cada vez son más los alumnos que acuden a los psicólogos… todos somos un poco culpables- sistema educativo, padres, alumnos, profesores…-? Todos; y todos debemos reflexionar e interactuar: profesores, educadores, familias, instituciones…porque el problema no es baladí.

Permítanme otros interrogantes: ¿no será más fácil que atajemos estas situaciones si comenzamos con los niños en edad temprana, desde primaria, cuando disponemos de mucho más margen de actuación?, ¿no deberemos plantearnos si la ESO está cumpliendo sus objetivos iniciales?, ¿no será necesario replantear la calidad y cantidad de las asignaturas curriculares del bachillerato y cuáles son los objetivos que se persiguen con ellas? Y por último, ¿por qué el 50 % de los alumnos que ingresan en la universidad no terminan sus estudios?

Desde el punto de los padres, entiendo que las familias son el núcleo base para la formación de sus hijos. Los padres que no realicen un esfuerzo por comprender que la formación es clave para dirigir y orientar los anhelos de sus hijos en el ámbito de la escuela, pueden verse avocados a padecer el fracaso escolar. Existe un déficit de control por parte de los padres a causa, en muchos de los casos, de la dificultad para conciliar vida laboral y familiar, ya que ambos miembros de unidad familiar trabajan y, por consiguiente, no dedican el tiempo suficiente.

Los profesores y educadores tampoco debemos abstraernos del problema: alguna responsabilidad tendremos cuando un alto porcentaje de nuestros alumnos padecen situaciones de fracaso escolar; cuando a veces nos vanagloriamos de nuestro nivel de exigencia medido por el alto porcentaje de suspensos.

Y las administraciones, que tantos recursos están invirtiendo en educación deberán preguntarse si las inversiones van en el camino correcto, porque el hecho evidente es que el fracaso escolar, lejos de disminuir, va en aumento: ¿será acertada la política de promocionar de curso a alumnos que no han superado los conocimientos básicos del curso anterior?, ¿estamos seguros de que eliminar las pruebas de septiembre beneficia al alumno? Insisto: debemos buscar, entre todos, soluciones y ponernos a trabajar. 

  Entre los factores que influyen en el fracaso escolar citaré, a modo de inventario, algunos que me parecen determinantes:

Ausencia de valores: el esfuerzo, el sacrificio, la educación, están ausentes en muchos de nuestros hijos en edad escolar. La sociedad premia aparentemente conductas oportunistas y salidas fáciles que son modelos demoledores para nuestros jóvenes. 
  • Grandes dificultades de comprensión lectora y oral y bajo nivel léxico.
  • Falta de hábitos de estudio- no sólo de técnicas- unida a una mayor dificultad para realizar lo que cuesta esfuerzo, máxime cuando se carece de falta de base. 
  • Déficit de atención y concentración. 
  • Baja autoestima personal y académica. 
  • Falta de autonomía en la programación de las tareas y el estudio. 
Debemos tener en cuenta que los resultados escolares no dependen exclusivamente de las capacidades, sino más bien de los hábitos de estudio, del  trabajo constante y ordenado, de la recuperación de la autoestima, de la adquisición de los conocimientos necesarios que posibiliten dar un paso más en el mundo del conocimiento (¡Qué complicado es entender las matemáticas de 4º de la ESO si, no superando las  de 3º, promocionó de curso!). 

Y en lo que respecta al ámbito familiar, estas pueden ser algunas estrategias: nunca debemos perder el principio de autoridad (ellos están en edad de equivocarse); educar en la responsabilidad (concepto clave); apoyar en las tareas escolares (hay que conjurar el enemigo tiempo); poner franjas de utilización a los juegos y nuevas tecnologías, así como buscar el equilibrio entre ocio y tempo libre y trabajo académico; fomentar la autoestima y vencer el derrotismo; controlar el ambiente en que se desenvuelve; motivar (siempre a través del esfuerzo); encontrar tiempo – otra vez el fantasma- para la relación padres/hijos (no estar en constante lucha)…


Este artículo no ha sido sino una invitación a la reflexión sobre ¿una enfermedad de nuestro tiempo?
 


Presidente de la Fundación Piquer y Director del Colegio de Verano Piquer


martes, 11 de junio de 2013

TODO UN VERANO PARA MEJORAR LAS NOTAS




Ahora que están tan en auge los maratones, los diez kilómetros y demás carreras populares, no se trata solo de apuntarse, correr y llegar a la meta con una gran sonrisa por el gran logro conseguido. Alguno lo conseguirá, hay mucho portento, pero por lo general el atleta necesita y debe entrenar duro durante mucho tiempo para alcanzar el éxito de llegar a la meta sin morir en el intento.

Usando este paralelismo deportivo, esto es lo que le sucede a muchos estudiantes cuando llegan los exámenes de junio: Que no hay un trabajo constante durante todo el año, y luego claro está, no llegan a la meta. Pero tienen la segunda oportunidad de septiembre. Aunque, ¿quién se va a poner a estudiar en verano con lo bien que se está en la piscina con los amigos o en las fiestas de Agosto del pueblo?  Concentrarse en época estival es muy difícil, es una lucha constante entre padres y alumnos por conseguir que olviden las bondades del verano y se sienten durante varias horas delante de sus apuntes. 

Haciéndose eco de esta realidad, en 1991 PIQUER puso en funcionamiento un proyecto encaminado a paliar este problema. Para ello nació el Colegio de Verano Piquer. El proyecto iba y va más allá del clásico repaso de verano de las asignaturas no superadas. Se trataba de integrar al alumno en un ambiente de trabajo en el que se pudieran alcanzar objetivos tan ambiciosos como imprescindibles: la motivación del alumno, la modificación de sus hábitos de estudio o la búsqueda de un comportamiento responsable en sus estudios. 

Y para dar a conocer esta labor, durante todo el mes de junio Colegio de Verano Piquer, ubicado en las instalaciones de la Residencia de Estudiantes “Ciudad Escolar Ramón Pignatelli” de Zaragoza, está abriendo sus puertas de par en par para que madres, padres y también alumnos conozcan la labor de un amplio y experimentado grupo de profesionales que ha conseguido que más de 8000 alumnos con edades comprendidas entre los 10 y 18 años, alcancen, más de un 80% de ellos, los objetivos por los que entraron en el Colegio de Verano Piquer.

Este sábado 15 de junio, a las 11:00 de la mañana, abriremos de nuevo nuestras puertas para que puedas conocer más a fondo el Colegio de Verano Piquer. Si estás interesado en acudir, apúntate a través de este enlace y estaremos encantados de recibirte.  Porque con Piquer… ¡aprobarás!  

jueves, 6 de junio de 2013

EL COLEGIO DE VERANO PIQUER VOLVERÁ A ABRIR SUS PUERTAS UN AÑO MÁS



LOS LIBROS TAMBIÉN SON PARA EL VERANO


Con la llegada del fin de curso son muchos los estudiantes que tendrán que volver a coger los libros y apuntes durante la época estival. Y eso no es nada fácil. Tener puesta la mente en el verano no ayuda nada a los estudiantes que necesitan recuperar a concentrarse en sus tareas, y más aún si la cantidad de asignaturas suspensas supone un número considerable.

Haciéndose eco de la problemática que supone para los padres que sus hijos recuperen una o varias asignaturas durante los meses de verano, en 1991 PIQUER puso en funcionamiento un proyecto encaminado a paliar este problema, y cuyas características distaban mucho de las ofertas existentes. Para ello nació el Colegio de Verano Piquer con las opciones de internado y externado.

El proyecto iba y va más allá del clásico repaso de verano de las asignaturas no superadas. Se trataba de integrar al alumno en un ambiente de trabajo en el que se pudieran alcanzar objetivos tan ambiciosos como imprescindibles como la motivación del alumno, la modificación de sus hábitos de estudio o la búsqueda de un comportamiento responsable en sus estudios.

Para ello, un amplio y experimentado grupo de profesionales, creó una serie de procedimientos basados en una tutela cercana y una constante supervisión de la evolución de los alumnos, un contacto estrecho con padres y/o tutores para coordinar esfuerzos y lograr superar, en muchos casos, situaciones de verdadero fracaso escolar y una programación global de las actividades: tanto de las académicas como de las de tiempo libre, tuteladas por tutores, profesores y monitores.

Con esta filosofía, surge el Colegio de Verano Piquer, ubicado en las instalaciones de la Residencia de Estudiantes “Ciudad Escolar Ramón Pigantelli”, un entorno disciplinado y pedagógico, a la par que humano, sin descuidar valores transversales como el respeto, la educación o el importante proceso de maduración como persona, alejados en todo momento de cualquier ideología política o religiosa.

Desde aquel 1991 han pasado por sus aulas alrededor de más de 8000 alumnos con edades comprendidas entre los 10 y 18 años, obteniendo un 80% de ellos los objetivos por los que entraron en el Colegio de Verano Piquer.

http://www.colegiodeveranopiquer.com/