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jueves, 25 de febrero de 2016

Gamificación en el aula




Aprovechando el tirón de las nuevas tecnologías que se van poco a poco introduciendo en el aula, ¿por qué no utilizarlas para amenizar la jornada a los alumnos? La comunidad educativa se va interesando cada vez más por la gamificación en el aula, un gigante que avanza con paso lento pero decidido. Es cierto que existe algo de controversia en este tipo de métodos y todavía hay fervientes defensores de las formas de enseñanza más tradicional, pero hay que reconocer que los tiempos cambian y la educación puede que sea una de las cosas que más necesita estar en constante actualización. Hoy hablamos de varias herramientas que podemos utilizar con total libertad para que los alumnos se diviertan mientras aprenden.

Classcraft quizá sea lo más parecido a un videojuego actual. El objetivo se centra principalmente en el desarrollo del aprendizaje colaborativo, en aumentar los conocimientos de los alumnos y sobre todo en incrementar la motivación a través de desafíos y recompensas reales. Este juego crea un personaje para cada alumno (pueden ser magos, guerreros, etc) y estos comienzan a desarrollarlos en un mundo ficticio en el que irán consiguiendo recompensas gracias a las labores que marque el docente y a la actitud que se tenga en clase. Una herramienta muy interesante a la que podéis acceder en el siguiente enlace y que, sin duda, merece ser analizada para implementarla en el aula.

Otra de las herramientas que nos permitirá utilizar dinámicas de aprendizaje con las que los alumnos lo pasarán de maravilla es Kahoot! Una aplicación con la que podremos crear concursos de preguntas y respuestas de una forma fácil e intuitiva. Con ella, el profesor podrá crear sus propios cuestionarios para adaptarlos al temario que necesite o incluso utilizar los ya existentes. Una manera muy práctica de evaluar los conocimientos de los alumnos. Puedes acceder a ella a través del siguiente enlace.

ClassDojo es una plataforma con un alto componente de gamificación que, aparte de motivar a los más pequeños con un montón de actividades interactivas, tiene la opción de poder informar a los padres a la vez que los profesores llevan el seguimiento de los alumnos. Con esta herramienta se consigue un paso más para la conexión entre docentes y familias, algo cada vez más importante para poder trabajar en el desarrollo del niño de una forma personalizada.

De Edmodo hemos hablado alguna vez y se trata de lo más parecido que existe a una red social para estudiantes. Le he incluido en este artículo por las posibilidades que ofrece para trabajar en el aula y los resultados que puede conseguir con los alumnos. Podremos plantear retos, ejercicios y múltiples proyectos colaborativos con los que se asignarán insignias como un componente añadido de motivación. Este tipo de herramientas logran la creación de un nexo entre los alumnos que sería más difícil trabajar por otras vías.


Por supuesto, es necesario identificar los entornos en los que se va a sacar mayor rendimiento de estas herramientas y no supongan un obstáculo. Recordemos que estos métodos tratan de amenizar las clases y no convertirlas en un estado anárquico. También hay que tener en mente que, como cualquier herramienta, esta no será bien utilizada sin la empuñan unas manos que no sepan manejarla. Aprovechemos los avances que están a nuestro alcance, pero no abusemos de ellos.

jueves, 18 de febrero de 2016

'Generar talento'



Sería necesario que hubiera más eventos como el que tuvo lugar el pasado martes 9 de febrero en la sede de la Fundación Ciudadanía y Valores (FUNCIVA). Una conferencia coorganizada por UNIR en la que se invitaba a realizar un ejercicio de responsabilidad  en la que salieron a luz temas que necesitan ser tratados de manera urgente y en los que se evidencia la problemática de posponerlos durante más tiempo.

“Generar talento” daba título y razón de ser a la ponencia que impartió José Antonio Marina, catedrático de filosofía, sobre la que no sólo se habló sobre el bueno uso de la inteligencia y la necesidad de apostar por el talento en las bases de la educación, también sobre el momento crítico en el que se sumerge nuestro país en lo que al discurso educativo se refiere. Antes de comenzar con cualquier reflexión personal me gustaría subrayar el privilegio que supone poder asistir a un encuentro de este tipo y formar parte de aquellas personas que intentan orientar un cambio hacia mejores horizontes. Siempre ha recaído sobre unos pocos la responsabilidad de intentar crear un mundo mejor, y quizá sea el problema de por qué impera en España un sistema educativo “mediocre y estancado”.

La experiencia me ha llevado a comulgar con una de las idas con las que J.A. Marina comenzó su disertación y con la que no podría estar más de acuerdo: “Lo que no existe en las aulas, no existe desde el punto de vista educativo”. No es una afirmación que deba ser tomada a la ligera, ni tampoco ser banalizada por la evidente verdad que encierran esas palabras, es un hecho que se ha de tomar como punto de partida para alcanzar cotas que nos están vedadas por la falta de interés por parte de la sociedad en la educación. No quiero condenar todos los esfuerzos que se han hecho a lo largo de los años y que han permitido pasos de gigante en un mundo que necesita una remodelación constante, se trata de concienciar de las obligaciones que se requieren a día de hoy. Lo que sucede en las aulas es la realidad, el campo de batalla donde se forjan las mentes del mañana, un terreno que permite ver la evolución de los procedimientos ideados en papel, el estamento donde se comprueba la eficacia de cualquier proceso y el verdadero motor del cambio. Hay que dirigir el foco de atención hacia el lugar de aprendizaje y diseñar las estrategias que hacen falta, no trabajar al contrario, todo lo que queda fuera no podría ser más efímero.

La sociedad se escuda en un sistema de excusas que lo aleja de la concepción optimista de poder cambiar la educación, y el primer paso es que las personas acepten que ese no es el camino. J.A. Marina propone un sistema educativo de alto rendimiento en el plazo de 5 años, que requiere un 5% del PIB, nada descabellado por otra parte ya que ya se ha destinado el 5,7% anteriormente, basado en 5 objetivos. Este plan, el bautizado como ‘Objetivo 555’, se recoge en el Libro Blanco que fue entregado el pasado diciembre al ministro de Educación, Iñigo Méndez de Vigo como propuesta articulada a los partidos políticos. Es reseñable comentar que esta reforma de la profesión docente ha sido concebida en circunstancias muy particulares y constituye la primera en su género gracias su método de creación. Normalmente son creadas por parte del gobierno y dirigida hacia la escuela como última parada, pero en esta ocasión ha seguido el proceso inverso. Se ha realizado desde la escuela, el lugar de la acción, y dirigido al gobierno como último estamento. Quizá un proceso bastante más sensato que el que se seguía hasta ahora.

No se puede negar que las metas marcadas por el ‘Objetivo 555’ son inalcanzables hasta situar la educación como una de las 15 preocupaciones contempladas por el barómetro del CIS. No cambiaremos nada si no somos conscientes del problema, y lo que queda claro es que a la sociedad tiene poco interés en ello. Quizá a unos pocos sí le importe, pero está claro que no son suficientes.
Los objetivos son rebajar la tasa de abandono escolar al 10%, subir en 35 puntos la clasificación PISA, aumentar la tasa de alumnos excelentes y disminuir el cisma entre estos y los que no lo son tanto, mejorar el tratamiento de los alumnos con necesidades de una educación especial, e introducir en los Currículums lo que se conoce como habilidades del siglo XXI. Aunque dicho así pueden parecer metas fuera de nuestro alcance, están más cerca de lo que creemos.

He aquí, una vez evidenciados los problemas y las soluciones, donde entra el papel indispensable de la educación del talento. “Un niño puede aprender muchas cosas, pero si no sabe qué hacer con ellas no habrá servido para nada”, así lo afirmó J.A. Marina queriendo remarcar la importancia de apostar por la educación del talento. El buen uso de la inteligencia se educa y no se sitúa antes de esta, más bien después.

Ligado al talento aparece casi por necesidad los conceptos de inteligencia individual y del entorno. Tras muchos años de investigación, el catedrático llegó a la conclusión de que no existe la inteligencia individual, que el desarrollo de está completamente condicionado al entorno en el que se desarrolla.

La pregunta final que debemos hacernos para cambiar el panorama educativo actual es la siguiente: ¿Cómo podemos desarrollar el talento de las personas? Está claro que disponemos de los protocolos y que no es problema de presupuesto. Quizá debamos hacer una reflexión interna para mejorar la escuela y convencer a los ciudadanos de que el camino que estamos tomando no es el correcto. La primera regla si algo no funciona no es utilizar los mismos métodos para cambiarlo, ¿no sería mejor probar una estrategia distinta? Piénsenlo.

jueves, 11 de febrero de 2016

Alimentos para un cerebro activo - Segunda parte





Ya está aquí la segunda parte de ‘Alimentos para un cerebro activo’. La semana pasada estuvimos hablando de aquellos alimentos que nos pueden ayudar a potenciar nuestra capacidad cerebral y desbloquear todo el potencial oculto que escondemos. Esta semana continuamos para que tengáis una lista completa de todo lo que podemos comer para convertirnos en superhumanos.

Hablemos en primero lugar del yogur, que no sólo está implicado en la salud mental y el desarrollo de nuestro cerebro, además es capaz de mejorar el estado de ánimo según han demostrado recientes estudios. Las bacterias intestinales están estrechamente relacionadas con el genoma humano y se está valorando mucho su influencia en el cerebro. El yogur ayuda a regular nuestra flora intestinal con el consiguiente beneficio que supone para el motor de nuestros pensamientos.

Atentos ahora estudiantes, porque el siguiente alimento es perfecto para esas épocas que requieren un esfuerzo intelectual titánico como son los exámenes finales. Probablemente habéis visto en la televisión o en el supermercado la cantidad ingente de alimentos para el desayuno que contienen avena, pues bien, esto no se debe al capricho del fabricante o para dar un sabor diferente. La avena tomada a primera hora de la mañana controla el azúcar en sangre y el nivel de colesterol, algo harto importante para nuestra salud cerebral. ¿Y por qué es tan buena para los estudiantes? Se debe a que, además de tener un efecto ansiolítico sobre el sistema nervioso, mejora la concentración y el rendimiento. Así que desde aquí recomendamos encarecidamente empezar el día con alimentos que contengan avena.

Si ya acompañamos nuestra primera comida con frutos rojos, ya sea en zumo o frescos, combatiremos el estrés oxidativo y aumentaremos nuestro rendimiento gracias a la importante fuente de polifenoles que contienen. También es un alimento perfecto para combatir infecciones urinarias, disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ayudar con nuestros problemas de visión y auditivos.

Ahora vamos con uno de los frutos secos más conocidos y que se ha catalogado como el alimento más antioxidante que existe, las nueces. Quizá su forma de cerebro sea la manera que tiene la naturaleza de avisarnos de sus grandes beneficios para la mente. Fluidifican la sangre, protegen contra enfermedades del corazón, mejoran la capacidad de aprendizaje, y lo más importante, ayuda con los trastornos del humor. Una alimento sano y cómodo de ingerir, aunque no debemos abusar de él por su alto componente calórico.

Tomar queso parmesano es otra de las formas que podemos hacer para favorecer la capacidad de memorización y el aprendizaje debido a la tirosina, un aminoácido precursor del dopamina. Aderezar un plato con queso parmesano nos dará las vitaminas, el calcio y el fósforo que necesitamos.

Como colofón final, hay que remarcar el efecto potenciador que tiene el ejercicio sobre los alimentos de los que estamos hablando. Si practicamos cualquier deporte multiplicaremos todos los efectos de los que hemos expuesto aquí y lograremos un equilibrio perfecto con el que podremos enfrentarnos a cualquier obstáculo. Recordad, somos lo que comemos.

jueves, 4 de febrero de 2016

Alimentos para un cerebro activo - Primera parte




Somos lo que comemos, de eso no hay ninguna duda. Todas las funciones de nuestro cuerpo están significativamente vinculadas a los alimentos que ingerimos, nos guste o no. El cerebro, al igual que el resto del organismo, se ve beneficiado de una alimentación equilibrada y saludable; ya lo dijo Mary Anne Evans: “Nadie puede ser sensato con el estómago vacío”. Por estos motivos quiero dedicar  la publicación de esta semana y la siguiente, a los alimentos que más pueden beneficiar a nuestra mente y aportar una pequeña ayuda a todos aquellos que necesiten un empujón para comenzar  su andadura en el camino de unos bueno hábitos alimenticios.

Como recomendación general, es fundamental evitar comidas con alto contenido en grasas animales y azucares que aumentan considerablemente los niveles de glucosa y colesterol, algo nada bueno para nuestro cerebro. Una vez dicho esto, hablemos de elemento principal en cualquier dieta que vele por nuestra salud: el agua. El 91% de nuestro cerebro es agua y constituye el nutriente básico para la vida. Podemos encontrarla en frutas, verduras y carnes principalmente. Es muy recomendable que bebamos unos 2 litros diarios para garantizar un funcionamiento óptimo de nuestro cerebro.

Después de comentar lo más básico, vamos a entrar en materia y hablar sobre los alimentos que más pueden llegar a potenciar nuestra capacidad cerebral. Según un estudio publicado en Nature Neurocience en 2014, el café es una de las bebidas que mejor va a ayudar a nuestra memoria y va a conseguir mejorarla a largo plazo. El té verde, que además de ser un gran aliado para la memoria, posee propiedades que retrasa el envejecimiento cerebral y ciertas enfermedades neurodegenerativas. Existe otro alimento, con el que vamos a dar una alegría a más de uno, que también mejora la memoria a través del flavonol epicatequina incrementando el flujo sanguíneo al cerebro. Hablamos del chocolate, por supuesto.  

Estoy convencido de que más de una vez habéis oído los beneficios de los ácidos grasos omega-3 en algún programa de televisión o algún anuncio. La verdad es que han demostrado ser un gran aliado contra ciertas patologías neurodegenerativas, además de retrasar la progresión del deterior cognitivo leve. El pescado azul es el alimento que más contiene este tipo de ácidos, así que no dudéis en comer sardina, atún, boquerón o salmón.

La familia de las crucíferas contiene un antioxidante con propiedades neuroprotectoras llamado sulforafano. Esta molecula protege contra la isquemia cerebral, el daño cortical o la inflamación, entre otras cosas, y a diferencia que como puede ocurrir con otros compuestos como las vitaminas, el sulforafano se activa cuando se cocina, se corta o se mastica los alimentos que lo poseen. La coliflor, el repollo, la rúcula o el nabo son ricos en esta sustancia.

La soja, además de ser muy beneficiosa para ciertos trastornos relacionados a la menopausia, también previene la arterioesclerosis. Este alimento ha demostrado que mejora la orientación espacial y retrasa el declive cognitivo que se asocia a la edad.

La semana que viene seguiremos hablando de muchos otros alimentos que ayudan a nuestro cerebro y de cómo podemos llevar una vida más saludable para el motor de nuestros pensamientos.