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jueves, 4 de febrero de 2016

Alimentos para un cerebro activo - Primera parte




Somos lo que comemos, de eso no hay ninguna duda. Todas las funciones de nuestro cuerpo están significativamente vinculadas a los alimentos que ingerimos, nos guste o no. El cerebro, al igual que el resto del organismo, se ve beneficiado de una alimentación equilibrada y saludable; ya lo dijo Mary Anne Evans: “Nadie puede ser sensato con el estómago vacío”. Por estos motivos quiero dedicar  la publicación de esta semana y la siguiente, a los alimentos que más pueden beneficiar a nuestra mente y aportar una pequeña ayuda a todos aquellos que necesiten un empujón para comenzar  su andadura en el camino de unos bueno hábitos alimenticios.

Como recomendación general, es fundamental evitar comidas con alto contenido en grasas animales y azucares que aumentan considerablemente los niveles de glucosa y colesterol, algo nada bueno para nuestro cerebro. Una vez dicho esto, hablemos de elemento principal en cualquier dieta que vele por nuestra salud: el agua. El 91% de nuestro cerebro es agua y constituye el nutriente básico para la vida. Podemos encontrarla en frutas, verduras y carnes principalmente. Es muy recomendable que bebamos unos 2 litros diarios para garantizar un funcionamiento óptimo de nuestro cerebro.

Después de comentar lo más básico, vamos a entrar en materia y hablar sobre los alimentos que más pueden llegar a potenciar nuestra capacidad cerebral. Según un estudio publicado en Nature Neurocience en 2014, el café es una de las bebidas que mejor va a ayudar a nuestra memoria y va a conseguir mejorarla a largo plazo. El té verde, que además de ser un gran aliado para la memoria, posee propiedades que retrasa el envejecimiento cerebral y ciertas enfermedades neurodegenerativas. Existe otro alimento, con el que vamos a dar una alegría a más de uno, que también mejora la memoria a través del flavonol epicatequina incrementando el flujo sanguíneo al cerebro. Hablamos del chocolate, por supuesto.  

Estoy convencido de que más de una vez habéis oído los beneficios de los ácidos grasos omega-3 en algún programa de televisión o algún anuncio. La verdad es que han demostrado ser un gran aliado contra ciertas patologías neurodegenerativas, además de retrasar la progresión del deterior cognitivo leve. El pescado azul es el alimento que más contiene este tipo de ácidos, así que no dudéis en comer sardina, atún, boquerón o salmón.

La familia de las crucíferas contiene un antioxidante con propiedades neuroprotectoras llamado sulforafano. Esta molecula protege contra la isquemia cerebral, el daño cortical o la inflamación, entre otras cosas, y a diferencia que como puede ocurrir con otros compuestos como las vitaminas, el sulforafano se activa cuando se cocina, se corta o se mastica los alimentos que lo poseen. La coliflor, el repollo, la rúcula o el nabo son ricos en esta sustancia.

La soja, además de ser muy beneficiosa para ciertos trastornos relacionados a la menopausia, también previene la arterioesclerosis. Este alimento ha demostrado que mejora la orientación espacial y retrasa el declive cognitivo que se asocia a la edad.

La semana que viene seguiremos hablando de muchos otros alimentos que ayudan a nuestro cerebro y de cómo podemos llevar una vida más saludable para el motor de nuestros pensamientos.

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