Somos lo que comemos, de eso no hay ninguna duda. Todas las
funciones de nuestro cuerpo están significativamente vinculadas a los alimentos
que ingerimos, nos guste o no. El cerebro, al igual que el resto del organismo,
se ve beneficiado de una alimentación equilibrada y saludable; ya lo dijo Mary
Anne Evans: “Nadie puede ser sensato con el estómago vacío”. Por estos motivos
quiero dedicar la publicación de esta
semana y la siguiente, a los alimentos que más pueden beneficiar a nuestra
mente y aportar una pequeña ayuda a todos aquellos que necesiten un empujón
para comenzar su andadura en el camino
de unos bueno hábitos alimenticios.
Como recomendación general, es fundamental evitar comidas
con alto contenido en grasas animales y azucares que aumentan considerablemente
los niveles de glucosa y colesterol, algo nada bueno para nuestro cerebro. Una
vez dicho esto, hablemos de elemento principal en cualquier dieta que vele por
nuestra salud: el agua. El 91% de nuestro cerebro es agua y constituye el
nutriente básico para la vida. Podemos encontrarla en frutas, verduras y carnes
principalmente. Es muy recomendable que bebamos unos 2 litros diarios para
garantizar un funcionamiento óptimo de nuestro cerebro.
Después de comentar lo más básico, vamos a entrar en materia
y hablar sobre los alimentos que más pueden llegar a potenciar nuestra
capacidad cerebral. Según un estudio publicado en Nature Neurocience en 2014,
el café es una de las bebidas que mejor va a ayudar a nuestra memoria y va a
conseguir mejorarla a largo plazo. El té verde, que además de ser un gran
aliado para la memoria, posee propiedades que retrasa el envejecimiento
cerebral y ciertas enfermedades neurodegenerativas. Existe otro alimento, con
el que vamos a dar una alegría a más de uno, que también mejora la memoria a
través del flavonol epicatequina incrementando el flujo sanguíneo al cerebro.
Hablamos del chocolate, por supuesto.
Estoy convencido de que más de una vez habéis oído los
beneficios de los ácidos grasos omega-3 en algún programa de televisión o algún
anuncio. La verdad es que han demostrado ser un gran aliado contra ciertas
patologías neurodegenerativas, además de retrasar la progresión del deterior
cognitivo leve. El pescado azul es el alimento que más contiene este tipo de
ácidos, así que no dudéis en comer sardina, atún, boquerón o salmón.
La familia de las crucíferas contiene un antioxidante con
propiedades neuroprotectoras llamado sulforafano. Esta molecula protege contra
la isquemia cerebral, el daño cortical o la inflamación, entre otras cosas, y a
diferencia que como puede ocurrir con otros compuestos como las vitaminas, el
sulforafano se activa cuando se cocina, se corta o se mastica los alimentos que
lo poseen. La coliflor, el repollo, la rúcula o el nabo son ricos en esta
sustancia.
La soja, además de ser muy beneficiosa para ciertos
trastornos relacionados a la menopausia, también previene la arterioesclerosis.
Este alimento ha demostrado que mejora la orientación espacial y retrasa el
declive cognitivo que se asocia a la edad.
La semana que viene seguiremos hablando de muchos
otros alimentos que ayudan a nuestro cerebro y de cómo podemos llevar una vida
más saludable para el motor de nuestros pensamientos.
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