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jueves, 17 de marzo de 2016

Los trabajos del futuro



La educación ha cambiado, se ha convertido en un proceso vivo en el que es imprescindible una constante actualización. Las nuevas tecnologías e intereses intereses sociales han abierto una frontera que requiere un esfuerzo extra por parte de todos, ya no sólo para conocer las nuevas tendencias imperantes, sino para tener una posibilidad real de ser competitivo el día de mañana.

Hoy quiero asomarme al futuro y hablar sobre las ocupaciones que tendrán una gran demanda de aquí a unos años. Prueba de ello es que, por ejemplo, la mayoría de los empleos con más oferta de hoy en día ni siquiera existían hace 10 años y como siempre digo, el éxito favorece a las personas que mejor preparadas están. ¿Qué mejor forma de estar listo para lo que nos acontece que conocer qué es lo que nos espera?

Por todos es sabido que las nuevas tecnologías ya juegan un papel importantísimo en el mundo laboral, aunque todavía estén emergiendo y en continua lucha con los métodos tradicionales. Muchos de los empleos que vamos a mencionar a continuación están relacionados con el posicionamiento SEO, aplicaciones para móviles y la gestión digital de comunidades.

El primer trabajo que me gustaría comentar es uno muy relacionado con el emprendimiento y que se conoce como desorganizador corporativo. Muchas grandes empresas se ven superadas por start-ups de menor tamaño debido a la dificultad de conseguir adaptarse al cambio rápidamente. Son pesos pesados con una estructura jerárquica y unos canales de comunicación que no permiten tanta maniobrabilidad a la hora de adoptar cualquier tipo de cambio. Para este problema ha nacido la figura del desorganizador corporativo, una persona que implanta un caos controlado dentro de estas grandes empresas y les da la cultura y la operatividad de empresas más pequeñas.

Otro de los trabajos que estarán más demandados en el futuro es el de terapeuta de desintoxicación tecnológica, una especialización que va a ser muy necesaria. Ha quedado demostrado que la tecnología es adictiva, podemos verlo a diario cuando andamos por la calle y vemos a una gran cantidad de jóvenes enganchados a sus terminales móviles. Esto, por desgracia, va a ir en aumento debido a la proliferación de la tecnología de la que ya hemos hablado anteriormente. Esta ocupación consistirá, tratándose de casos muy extremos, en desligar a las personas de aquellos dispositivos de los que son esclavos.

Por otra parte, todos estos avances informáticos y el auge de las redes sociales han convertido la privacidad de la persona en algo muy frágil, lo que está provocando que aparezca un profesional denominado consejero de privacidad. Estará encargado de proteger y descubrir las vulnerabilidades que cualquier individuo pueda sufrir en la red, una especie de guardaespaldas virtual.


La semana que viene seguiremos hablando de los trabajos del futuro y cuáles son los conocimientos necesarios para convertirnos en esas personas que serán tan demandadas. Recordad que quizá vuestra vocación laboral todavía no haya sido descubierta.

jueves, 3 de marzo de 2016

Seamos positivos


Ser optimista y mantenerse positivo ante todos los aspectos de la vida es una actitud que debería inculcarse cuanto a antes a los más pequeños. Un correcto desarrollo emocional es tan importante como cualquier otro tipo de enseñanza y debe ser trabajado como tal. Un docente ha de transmitir esa positividad para que los alumnos puedan desenvolverse en el aula de una forma cómoda, sin ningún tipo de inhibición, y que además esta actitud pueda servirles como ejemplo cuando salgan de la escuela. Hoy proponemos unas sencillas pautas para hablar en positivo a los alumnos y lograr ese efecto de confianza del que estamos hablando, no olvidemos que son las personas con una buena actitud ante la vida las que superan cualquier tipo de adversidad.

Pensemos por un momento en la cantidad de órdenes que damos a los niños a lo largo del día. “No corras”, “no grites”, “siéntate”, “haz los deberes” o “pórtate bien” les suena de algo, ¿verdad? Un niño, ante semejante aluvión de imposiciones, terminará por hacer oídos sordos, ¿quién no lo haría? Probemos a verlo desde otro prisma y cambiemos la forma de dirigirnos a ellos, podemos lograr un mejor resultado si reducimos las órdenes y reformulamos lo que queramos decir sin que sea una orden. Está claro que es imposible eliminar por completo las expresiones imperativas y que alguna tendremos que utilizar, son niños al fin y al cabo, pero sí podemos transformar muchas de las que utilizamos.

Quizá no nos demos cuenta de que cuando hablamos con los más pequeños estamos en una posición elevada que otorga un grado inconsciente de superioridad. Para hablar con ellos de algo importante deberíamos agacharnos o ponernos en cuclillas para que sea una conversación de igual a igual. Este simple gesto hará que sea una conversación sincera y positiva.

Ahora centrémonos en la autoestima de un niño, ¿creen que las expresiones negativas, que utilizamos más de lo que deberíamos, le ayudan en algo? Todo lo contrario, no somos conscientes de hasta qué punto pueden afectar a su desarrollo y a su vida futura. Si estamos constantemente repitiendo ese tipo de calificativos el niño los irá interiorizando hasta hacer aflorar eses tipo de actitudes, lo que se suele llamar profecía autocumplida. “Eres un desastre”, por ejemplo, es una frase que se una con mucha asiduidad y que no hace ningún bien, muchos niños son distraídos pero no por eso son un desastre. Eliminemos cualquier tipo de expresión negativa e intentemos sacar lo positivo de cada actitud.

Hay muchas tareas que a los niños les resultan más tediosas, ¿por qué no convertirlas en algo divertido? Utilicemos su imaginación para convertir las actividades menos populares en algo entretenido, está en nuestras manos propiciar ese ambiente positivo. No conseguiremos nada si remarcamos los aspectos negativos de recoger la clase, por ejemplo, hagamos de esa tarea un juego.


Ser positivo es una actitud ante la vida y esto son solo unos pequeños consejos para empezar a poner en práctica una ambiente deseable en cualquier aula. No olvidemos que está en nuestra mano ser capaces de sacar lo mejor de cada uno de nosotros y eso se verá reflejado a nuestro alrededor. Ya lo decía Winston Churchill: “Soy optimista, no parece muy útil ser otra cosa”, y la verdad es que no podría estar más de acuerdo.