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miércoles, 30 de julio de 2014

La fuerza de voluntad vence a las dificultades




Como decía Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica. Esa fuerza es la voluntad”.  Es esa energía interior que ayuda a afrontar las dificultades, retos y esfuerzos que la vida plantea continuamente. Un valor que en ocasiones parece extinguirse entre nuestros jóvenes, y que precisamente en estas fechas deben ponerlo a prueba aquellos estudiantes que en junio no obtuvieron los resultados deseados. Son momentos complicados porque mientras la mayoría de sus amigos y compañeros están de vacaciones, ellos deben renunciar a las actividades propias del verano para hacer frente a los apuntes que les han acompañado durante el curso.

En más de una ocasión me encuentro con que los jóvenes de hoy en día no se dejar exigir y se limitan a trabajar con la “ley de mínimo esfuerzo”. Pero no debemos permitir que la voluntad pase a un segundo plano porque es necesaria para estudiantes, trabajadores y cualquier persona que desea alcanzar unas metas. Si bien es cierto que al tratarse de una energía puede llegar a agotarse; para recuperarla debemos recargar nuestros cuerpo y mente con descanso, comida o distracción, y para incrementarla trabajaremos la motivación.

La clave para ser un estudiante excelente radica en la voluntad, y puede ser más relevante, incluso, que la capacidad mental del alumno. (……..). El poder de la voluntad es incalculable, los resultados que se pueden obtener, ya sea trabajando solos o acompañados, es una posibilidad impensada en muchas ocasiones. 

Cuando nos mueve la voluntad las montañas se hacen pequeñas, las estrellas se acercan y se elimina cualquier barrera que pudiera aparecer en nuestro camino. Así, el poder de la voluntad es indiscutible e incalculable.

miércoles, 23 de julio de 2014

Valórate. Sé tú mismo. Triunfa.


El miedo a hablar en público es común en casi todas las personas, pero más aún cuando hablamos de niños o adolescentes. No se necesita estar frente a un público multitudinario, simplemente con hacer una pregunta en voz alta o exponer un trabajo delante de nuestros compañeros nos puede aflorar esa sensación. Se trata de un momento complicado al que, por lo general, no estamos acostumbrados. En situaciones así, la sensación de miedo es inevitable, pero podemos tratar de evitar que nos domine. La clave es muy similar a cualquier otra habilidad del ser humano: prepararnos, entrenar y ensayar.

Trabajar la comunicación en público desde pequeños es muy importante, de esta forma evitaremos esos temores básicos y ganaremos seguridad. Por eso es muy recomendable fomentar la participación en las aulas, por ejemplo, creando debate sobre tema en el que todos los alumnos participen o animando a los chavales a que expongan sus trabajos a los compañeros.

En casa también se puede practicar, podemos ensayar delante de la familia, grabándonos en video o mirándonos en el espejo. El objetivo no es aprenderse el “discurso” de memoria, simplemente trataremos de mejorar en la vocalización, la entonación, el vocabulario empleado o los gestos. Quizá te puede ser de gran ayuda preparar un esquema o una serie de fichas con conceptos claves, que te sirvan guión. Es muy aconsejable también recabar suficiente información sobre el tema, las personas que nos están escuchando podrían preguntarnos dudas o pedirnos que les aclaremos algún punto en concreto.

Y llegado el momento de la verdad, una vez que te encuentras frente a tu público es muy recomendable mirar a la gente a la cara, busca caras que te resulten amistosas, rostros interesados y atentos, y habla dirigiendo tu mirada a ellos. Háblales sin miedo, como si fueran tus amigos, e intenta utilizar un amplio abanico de palabras, evitando las muletillas o repeticiones. Expresa las ideas de forma clara y con seguridad; tú tienes el control sobre el tema, lo que puede parecerte un gran error, puede ser indetectable por tu público. 

Y dicho esto solo queda practicar. Elige un tema que te guste y domines, y explícaselo a tus amigos o familiares. Elimina aquellas barreras que puedan limitar tu comunicación oral y/o tu miedo a hablar en público.

miércoles, 16 de julio de 2014

Abre tu mente a nuevos idiomas y traspasarás fronteras




Aprender un idioma ya no sólo es necesario para trabajar en el extranjero, también es un valor añadido para incorporarse al mundo laboral en nuestro país. La situación económica actual ha llevado a muchas empresas españolas a traspasar fronteras para ofrecer sus productos o servicios, por lo que el aprendizaje de, al menos, una segunda lengua o incluso una tercera, se trata de una inversión a corto, medio o largo plazo. Y es que el mercado laboral, cada día más, requiere perfiles multilingües.
Aunque nunca es tarde para aprender un idioma, según indican diversos estudios, cuanto antes se escuche la nueva lengua, mejor. Y en este sentido lo más recomendable sería empezar a adentrarse en un segundo idioma al mismo tiempo que se interioriza el materno, desde el nacimiento. No obstante, aprovechar la juventud  o cualquier otro momento de nuestra vida también puede ser idóneo para interiorizar un nuevo dialecto.

Si estás decidido a empezar a estudiar pero todavía no sabes qué idioma elegir, es importante que no pases por alto la relevancia de cada uno de ellos. Hoy por hoy, el inglés sigue siendo uno de los idiomas más hablados a nivel mundial, lo que te permitirá entenderte con personas de cualquier país. Pero también es cierto que cada día cobran más fuerza las lenguas de países emergentes como puede ser el portugués, árabe, chino o ruso, entre otros.

En definitiva, aprender uno o varios idiomas puede ser un arma de doble filo a la hora de alcanzar un mejor trabajo, evitar problemas de comunicación o poder viajar tranquilamente. No cabe duda que hoy en día  aprender lenguas extranjeras es una necesidad ineludible, por eso te recomiendo que no esperes a mañana y te adentres en la riqueza lingüística de un nuevo idioma desde hoy.

miércoles, 9 de julio de 2014

Conócete a ti mismo y serás lo que quieras ser




Una vez finalizado el curso escolar y superada la prueba de Selectividad, la mayoría de los estudiantes se enfrentan a un momento decisivo que marcará los próximos años de su vida. Ahora les toca elegir el camino por el que desean continuar su formación y empezar así a construirse su futuro profesional. Según los datos de un estudio publicado recientemente, a estas alturas el 80% de los estudiantes de segundo de Bachillerato no saben qué carrera hacer, y es que es un momento de cambio y, como  todo cambio, provoca cierto miedo y suscita dudas. Está claro que no es una decisión fácil y en ningún caso debería ser improvisada.

Si atraviesas este momento de confusión y quieres aclarar tus ideas, en primer lugar coge papel y bolígrafo. A continuación  analiza tus aptitudes y competencias, conoce tus puntos fuertes y débiles, piensa qué es lo que te gustaría estudiar, qué te imaginas haciendo en un futuro y anota cada una de tus preferencias. A partir de allí, infórmate sobre la oferta de estudios y, si lo consideras oportuno, habla con profesores u orientadores. 

Además de tus gustos e intereses, existen otras cuestiones que pueden ser útiles a la hora de decantarte por una u otra opción. Por ejemplo, la nota de corte, la distancia a la universidad seleccionada, el coste económico de los estudios o las salidas profesionales. Aunque se recomienda que la elección sea vocacional, en ocasiones, este aspecto pasa a un segundo plano, y es relevado por las salidas profesionales y la demanda del sector laboral.

Hasta el momento he hecho referencia a los estudios universitarios, pero si una vez finalizado Bachillerato deseas continuar estudiando, debes tener en cuenta que también existe la opción de realizar un Grado Superior de Formación Profesional. La duración de éstos es de dos o tres años académicos y una vez finalizados, puedes incorporarte al mercado laboral, ampliar tu formación con una carrera universitaria o especializarte dentro del sector con otros estudios de la misma familia profesional.

Por el contrario, si no quieres continuar estudiando y prefieres incorporarte al mundo laboral puedes trabajar por cuenta ajena o propia. En el caso de inclinarte por esta segunda opción deberás prepararte para ser tu propio jefe y ofrecer un buen producto/servicio en un  mercado especialmente competitivo actualmente.

Decidas estudiar o incorporarte al mundo laboral, no cabe duda de la importancia que tiene conocerse bien a sí mismo para escoger el sector, y más concretamente el empleo, que mejor se adapte a cada uno.

miércoles, 2 de julio de 2014

Disciplinar el tiempo de estudio, una necesidad




El orden y la planificación son fundamentales en la vida de los más pequeños porque les ayuda a organizar y asimilar el mundo que están empezando a descubrir. Por naturaleza, los niños pequeños tienden a ser desordenados, y esto  sucede porque no comprenden que las cosas deben hacerse de una determinada manera. Y en ese aspecto, como padres, somos quienes debemos explicarle que su vida no puede ser un caos, debemos transmitirle que en su día a día necesita un orden y un horario, y que ello,  a su vez, le aportará cierta estabilidad.

Enseñarle a ordenar su habitación no sólo es una cuestión estética, también le permitirá controlar dónde tiene cada cosa y así sabrá dónde lo puede encontrar cuando lo necesite. Algo muy similar ocurre con las ideas y los pensamientos, si los almacenamos en la  mente de forma ordenada seremos capaces de encontrar más fácilmente respuestas lógicas y coherentes. Así, la educación del orden debe comenzar con su vida y su día a día, por ejemplo, con el horario de las comidas, horas de sueño y de juego. Y ello se trasladará también a su etapa escolar, siendo un factor crucial en la consecución de buenos resultados.  

En la etapa escolar, los estudiantes deben tener claro que el estudio es lo principal, y como tal, de éste dependerán las demás actividades. Por lo tanto, a la hora de organizarse deberán planificar su horario siempre en función de los exámenes, deberes y actividades, incluyendo también  fines de semana, días de fiesta o tiempos de descanso.

Es muy probable que cuando tratemos de planificar el horario con nuestro hijo/a se muestre reacio, pero pronto descubrirá que esta organización le permitirá obtener mejores resultados, evitando los momentos de agobio y encontrando tiempo para el ocio y el descanso. En definitiva, el orden debe estar presente en todos los aspectos de la vida cotidiana, y éste nos permitirá ahorrar esfuerzo y energía.