Twitter

miércoles, 25 de febrero de 2015

Premisas para afrontar un examen



Los nervios se acumulan a medida que llega la fecha señalada, la atención se dispersa como aceite en un vaso de agua y somos incapaces de leer dos palabras seguidas sin que se nos vaya el santo al cielo. Todos hemos sentido esa presión cuando se acerca el día de enfrentarnos a esas temibles hojas llenas de preguntas que pondrán a prueba nuestra capacidad intelectual y que, en muchas ocasiones, dictarán nuestros pasos del día de mañana.

En el artículo de hoy nos gustaría mostrar una serie de pautas efectivas a la hora de afrontar un examen y cómo realizarlas correctamente. Hay personas que creen que asistiendo a las clases y pasar un par de noches en vela antes del día de la prueba, pueden salir airosos. Quizá a algunos les funcione para salir del paso, pero no es ni de lejos un método efectivo para aprobar un examen. Lo óptimo es contar con una organización sistemática que nos permita encarar la situación con menos estrés y nos proporcione la mayor comodidad posible a la hora de retener los conocimientos. 

Lo primero de todo es tener la mente relajada, hay que tener el cerebro bien oxigenado y alimentado, ya que no se puede estudiar en cualquier circunstancia. Buscar un lugar favorable para la concentración, que esté ordenado, ventilado y con buena iluminación. Hay quien prefiere estudiar en la intimidad de su cuarto o los hay que se abstraen mejor en bibliotecas, bares o parques, depende de la persona. Lo ideal es evitar lugares que puedan distraernos.

Por supuesto debemos contar con todo el material que necesitamos: apuntes, trabajos prácticos, programa de la asignatura, etc. No se puede aprobar si no se cuenta con todo lo necesario para superar la prueba.

Es fundamental planificar los tiempos y ver cómo enfocar la tarea que nos ocupa. Si dejamos todo para el último momento es muy posible que no podamos abarcar todo el contenido, pero si comenzamos a estudiar con un margen de tiempo razonable podremos memorizar contenidos con mayor facilidad sin que nos afecten los nervios por la proximidad de la prueba. 

Es importante alternar el estudio con periodos de descanso y distracción. Por cada hora de memorización es recomendable desconectar 10 o 15 minutos. Podemos caminar, charlar con alguien, tomar un refresco o simplemente estirar las piernas. 

También es muy recomendable elegir el periodo del día en el que nos sintamos más cómodos para estudiar. Hay quien prefiere estudiar por la mañana, cuando se encuentran con energía suficiente para afrontar la jornada, pero hay otros que prefieren la tranquilidad de la noche. Cada persona debe encontrar su momento.

Otra recomendación por parte de los expertos es la práctica de ejercicio en periodos de exámenes. Conseguiremos que aumente el flujo de sangre que llega al cerebro y se generen endorfinas, provocando así que el cuerpo se encuentre un estado perfecto para nuestra concentración.
Por último, los ejercicios de relajación nos ayudarán a evitar quedarnos en blanco. El aspecto mental es muy importante, una persona no se encuentra en el mismo estado cuando estudia, que cuando está realizando la prueba.

Hay que tener presente que la victoria siempre es para el que está mejor preparado.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Hábitos saludables, influencia positiva

En muchas ocasiones no prestamos la suficiente atención a inculcar hábitos de vida saludables en los más pequeños hasta que nos damos cuenta de que el refuerzo negativo exterior, con tanta comida basura, sedentarismo y ley del mínimo esfuerzo, nos gana la batalla sin darnos cuenta. Pues bien, nunca es tarde para trabajar en rutinas que sean beneficiosas para la salud y que lleven a los niños a sentirse mejor con ellos mismos.

Remarcar la importancia de estas prácticas sin caer en el error de enseñarlo como algo trivial, además de concienciar de las repercusiones negativas que puede tener en un futuro próximo, es fundamental. Todo esto sin meter el miedo en el cuerpo, claro está. Hay que mostrar los buenos hábitos como actividades positivas que les conducirán a una vida plena.

La realización de actividades físicas como el deporte o jugar con amigos tienen beneficios biológicos como la mejora de la resistencia física, la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones, así como la regulación de la presión arterial o el incremento y mantenimiento de la densidad ósea. A veces tampoco nos damos cuenta de los beneficios psicológicos que tiene el ejercicio físico y que van desde el aumento de la autoestima  y la mejora de la autoimagen hasta la reducción del aislamiento social y el incremento del bienestar general. La práctica de deportes y actividades grupales también fomentan el compañerismo, la sana competitividad y el aumento de la capacidad de superación, valores muy recomendables para el desarrollo mental de los más pequeños.

La alimentación es otro de los pilares básicos en una vida sana y todos sabemos lo difícil que puede resultar a veces que los más pequeños coman de todo y además que lo hagan 5 veces al día. Somos lo que comemos y promover una alimentación equilibrada es la pieza clave que evitará problemas como la obesidad o la malnutrición. Podemos hacer de la comida algo divertido y hacer que los niños interioricen que comer de todo es algo normal y que resulta beneficioso para ellos. Tampoco hay que excluir del todo aquellas cosas que más les gustan, como esas chucherías por las que se pirran, pero enseñarles que cuantas menos coman mejor.

Beber mucha agua ayuda a limpiar el organismo, mejorar la digestión y la forma física. Hay que acostumbrarles a beber entre 6 y 8 vasos de agua diarios y dejar de lado las bebidas carbonatadas y azucaradas.

Por supuesto también es importante que no abusen de la televisión, los móviles y lo videojuegos. Hablamos de los beneficios que las nuevas tecnologías pueden suponer si permitimos que las usen con moderación y sin que les robe tiempo de otras actividades como el deporte o jugar con amigos. De ninguna manera hay que entregarles este tipo de dispositivos para que no molesten a los adultos, práctica muy extendida y para nada recomendable.

Recordar a los niños lo que valen y sepan que todos tenemos defectos y limitaciones de los que no hay que avergonzarse. Esa autoestima forjará su perseverancia y dedicación en los demás espectros de su vida, por lo que hay que prestar una mayor atención a este punto.

El descanso también es importante, dormir alrededor de 8 horas diarias mejorará su capacidad de atención y aprendizaje. No es bueno dormir poco, pero tampoco dejarlos dormir más de lo necesario.

No somos conscientes de lo que suponen estos pequeños consejos hasta que es demasiado tarde. Por eso es esencial inculcarlos en los más pequeños cuanto antes, y no solo para que hagan uso de ellos, sino para que los promuevan en su entorno y así poder crear entre todos un mundo más saludable. Como dijo Hipócrates: “La fuerza interior de cada uno de nosotros es el más importante y fuerte sanador.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Educación y Tecnología



Es innegable que el mundo digital está presente en la vida de los niños y que están cada vez más acostumbrados a manejar dispositivos de todo tipo, incluso mejor que muchos adultos. Muchos padres asocian este paso evolutivo como algo negativo, pero sin duda es todo lo contrario. La tecnología puede ser un gran aliado si se aprende a utilizar con criterio y responsabilidad, podemos sacar mucho partido de, por ejemplo las tablets o redes sociales, si aprendemos a integrarlas en la educación y la distracción constructiva.

Para empezar pongamos la vista en el futuro, las profesiones del mañana estarán al servicio de la tecnología nos guste o no. La robótica, el medio ambiente, o las energías alternativas y renovables quizá sean demasiado predecibles, así que vamos a ir un paso más allá para darnos cuenta de la importancia de inculcar el uso responsable de la tecnología a las próximas generaciones.

Profesiones relacionadas con el ámbito virtual, como el desarrollo de software, la seguridad de la creciente información, ingeniería ambiental, realidad aumentada, la medicina prenatal o la farmacogenética, son sólo algunos de los campos en los que los avances tecnológicos van implícitos. Alguna de estas ocupaciones están todavía en pañales, e incluso hay muchas que todavía no están inventadas y que beberán de las bases informáticas que desarrollamos hoy en día. 

Todo esto está muy bien, pero hay que saber encauzar a las futuras mentes del mañana en el uso de cualquier dispositivo, ya sean ordenadores, tablets o dispositivos móviles. Lo primero de todo es instalar una aplicación de control parental, como Kids Place, que nos permita monitorizar la actividad de nuestros hijos, el control de los hábitos de navegación es fundamental. Que quede claro que estas aplicaciones no sustituyen al control de un adulto, la observación y guía de los padres es importante. 

El bloqueo de determinadas aplicaciones, así como el envío de información personal al exterior también es parte esencial para la seguridad de nuestros hijos. También se recomienda el uso de navegadores infantiles si van a navegar por la red. 

Hay que dejar de ver la red como un lugar lleno de peligros, con el control adecuado se puede convertir en una herramienta educativa de primer orden. Eduapps por ejemplo, aloja las principales aplicaciones lúdico-educativas, clasificadas por niveles educativos y características, que permiten trabajar con los niños en determinadas áreas a la vez que se divierten. No nos olvidemos de controlar también el número de horas de las que hacen uso de la tecnología, hay que limitarlas.

Las redes sociales también pueden ser un gran compañero en el camino de la educación. Implican un alto grado de compromiso y aprendizaje social, además de significar una oportunidad para evaluar conductas y fomentar el dialogo. Por supuesto requiere un control exhaustivo por parte de los padres, las redes sociales son potencialmente peligrosas si no se enseña a utilizarlas. 

La tecnología cala muy hondo en los más pequeños, es un realidad. Cuanto antes interioricen el uso responsable de esta y se familiaricen con lo que no hay que hacer, mejor. No debemos ver los ordenadores o las tablets como una herramienta de distracción, sino como un socio que nos ayudará en la educación de nuestros hijos si le dejamos.