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miércoles, 2 de julio de 2014

Disciplinar el tiempo de estudio, una necesidad




El orden y la planificación son fundamentales en la vida de los más pequeños porque les ayuda a organizar y asimilar el mundo que están empezando a descubrir. Por naturaleza, los niños pequeños tienden a ser desordenados, y esto  sucede porque no comprenden que las cosas deben hacerse de una determinada manera. Y en ese aspecto, como padres, somos quienes debemos explicarle que su vida no puede ser un caos, debemos transmitirle que en su día a día necesita un orden y un horario, y que ello,  a su vez, le aportará cierta estabilidad.

Enseñarle a ordenar su habitación no sólo es una cuestión estética, también le permitirá controlar dónde tiene cada cosa y así sabrá dónde lo puede encontrar cuando lo necesite. Algo muy similar ocurre con las ideas y los pensamientos, si los almacenamos en la  mente de forma ordenada seremos capaces de encontrar más fácilmente respuestas lógicas y coherentes. Así, la educación del orden debe comenzar con su vida y su día a día, por ejemplo, con el horario de las comidas, horas de sueño y de juego. Y ello se trasladará también a su etapa escolar, siendo un factor crucial en la consecución de buenos resultados.  

En la etapa escolar, los estudiantes deben tener claro que el estudio es lo principal, y como tal, de éste dependerán las demás actividades. Por lo tanto, a la hora de organizarse deberán planificar su horario siempre en función de los exámenes, deberes y actividades, incluyendo también  fines de semana, días de fiesta o tiempos de descanso.

Es muy probable que cuando tratemos de planificar el horario con nuestro hijo/a se muestre reacio, pero pronto descubrirá que esta organización le permitirá obtener mejores resultados, evitando los momentos de agobio y encontrando tiempo para el ocio y el descanso. En definitiva, el orden debe estar presente en todos los aspectos de la vida cotidiana, y éste nos permitirá ahorrar esfuerzo y energía.

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