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miércoles, 23 de julio de 2014

Valórate. Sé tú mismo. Triunfa.


El miedo a hablar en público es común en casi todas las personas, pero más aún cuando hablamos de niños o adolescentes. No se necesita estar frente a un público multitudinario, simplemente con hacer una pregunta en voz alta o exponer un trabajo delante de nuestros compañeros nos puede aflorar esa sensación. Se trata de un momento complicado al que, por lo general, no estamos acostumbrados. En situaciones así, la sensación de miedo es inevitable, pero podemos tratar de evitar que nos domine. La clave es muy similar a cualquier otra habilidad del ser humano: prepararnos, entrenar y ensayar.

Trabajar la comunicación en público desde pequeños es muy importante, de esta forma evitaremos esos temores básicos y ganaremos seguridad. Por eso es muy recomendable fomentar la participación en las aulas, por ejemplo, creando debate sobre tema en el que todos los alumnos participen o animando a los chavales a que expongan sus trabajos a los compañeros.

En casa también se puede practicar, podemos ensayar delante de la familia, grabándonos en video o mirándonos en el espejo. El objetivo no es aprenderse el “discurso” de memoria, simplemente trataremos de mejorar en la vocalización, la entonación, el vocabulario empleado o los gestos. Quizá te puede ser de gran ayuda preparar un esquema o una serie de fichas con conceptos claves, que te sirvan guión. Es muy aconsejable también recabar suficiente información sobre el tema, las personas que nos están escuchando podrían preguntarnos dudas o pedirnos que les aclaremos algún punto en concreto.

Y llegado el momento de la verdad, una vez que te encuentras frente a tu público es muy recomendable mirar a la gente a la cara, busca caras que te resulten amistosas, rostros interesados y atentos, y habla dirigiendo tu mirada a ellos. Háblales sin miedo, como si fueran tus amigos, e intenta utilizar un amplio abanico de palabras, evitando las muletillas o repeticiones. Expresa las ideas de forma clara y con seguridad; tú tienes el control sobre el tema, lo que puede parecerte un gran error, puede ser indetectable por tu público. 

Y dicho esto solo queda practicar. Elige un tema que te guste y domines, y explícaselo a tus amigos o familiares. Elimina aquellas barreras que puedan limitar tu comunicación oral y/o tu miedo a hablar en público.

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