La filosofía es una de las ciencias que más nos acerca a
nuestra condición humana. Propone un pensamiento profundo sobre valores como el
amor, la amistad o la libertad, para forjar una personalidad capaz de seguir un
camino apropiado. Aunque a priori puede parecer que este tipo de enseñanza no
tienen ningún tipo de finalidad práctica y que materias como las matemáticas o
los idiomas pueden llegar ser más importantes en un futuro, no somos
conscientes de qué es lo que significa asentar unas buenas bases filosóficas en
la educación de los más pequeños, porque ¿quién ha dicho que la filosofía está
reservada a cursos escolares más avanzados? Cualquier edad es buena para educar
en valores y es más, se debe hacer. A continuación vamos a proponer algunas
actividades para que podáis trabajar con los niños en el aula que vienen
directamente de la mente de la maestra especializada en innovación educativa y
emprendimiento, Rocío López Valdepeñas.
La primera actividad propuesta es perfecta para trabajar con
cualquier concepto filosófico y resultará muy entretenida para toda la clase
Dependiendo del nivel de los estudiantes, elegiremos un tema u otro, pero para empezar podríamos
plantear el amor, la amistad, o la felicidad, como tema principal. En primer
lugar crearemos grupos y les pediremos que realicen un mural con imágenes
relacionados con el tema que hayamos propuesto, si planteamos el amor, por
ejemplo, las fotografías que reúnan deberán ser momentos que reflejen el
concepto de amor para ellos; pueden ser instantáneas recogidas en la web o
particulares. Una vez terminados los murales, podemos hacer uso de las nuevas
tecnologías como valor educativo añadido y hacer que las suban a una red como
Pinterest para la puesta en común. Una vez hecho esto les daremos tiempo para
que puedan compararlas con sus compañeros, compartan impresiones y traten de
encontrar similitudes y diferencias. Después les pediremos que nos expliquen
por grupos cuáles han sido los motivos que les ha llevado a reunir esas
imágenes. Una vez extraídas las conclusiones, iremos orientando la clase con
preguntas y les haremos reflexionar sobre ellas; si por ejemplo uno de ellos
trae una fotografía de su viaje a Disneyland, le preguntaremos por el motivo de
su felicidad y por qué ese momento le evoca un sentimiento de amor. También
podemos preguntar si existen diferentes niveles de amor, o por qué hay momentos
más alegres que otros, todo dependiendo del tema y de cómo queramos orientarlo.
La siguiente actividad también es para trabajarla en grupo y
se pueda debatir entre todos, de esta manera, además de trabajar el
tema filosófico en cuestión, impulsaremos el compañerismo, el respeto y el
trabajo en equipo. Podemos utilizar la pizarra, una cartulina o cualquier
superficie amplia en la que podamos escribir y anotaremos el concepto
filosófico sobre el que queramos trabajar en el centro. Podemos empezar con
temas que tengan conexiones significativas con nuestros alumnos y que hayan
podido experimentar en primera persona; pueden ser, por ejemplo, la felicidad, la amistad, las emociones, la
libertad. Dependiendo del nivel o de la edad de nuestros alumnos podremos exigir un
mayor grado de reflexión. Una vez elegido el tema colocaremos cuatro
conceptos a su alrededor que sean muy
cercanos a los estudiantes, como por ejemplo el cine, la música, la tecnología
o las personas, y les pediremos piensen en las personas, películas o música que
relacionarían con ese concepto para explicar el motivo.
Estas actividades tan sencillas suponen el primer paso
a un mundo apasionante y divertido que no sólo les brindará la oportunidad de
aprender, también les tenderá un puente hacia unos valores educativos que
configurarán la persona en la que se convertirá el día de mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario