Hoy en día, el emprendimiento es
un tema muy común en las conversaciones
diarias. Todos tenemos algún conocido o hemos escuchado hablar de alguien que
ha puesto en marcha su idea de negocio. Pero lo cierto es que hasta hace unos
años era algo impensable para la mayoría. Y es que en España no tenemos arraigada la
cultura de emprendimiento que poseen otros países europeos. Sin embargo, la situación
económica actual que atraviesa nuestro país nos ha obligado a reinventarnos,
poner en marcha la imaginación y armarnos de valor para intentar salir
adelante.
Desde pequeños hemos sido
educados para estudiar y, una vez finalizada nuestra formación, buscar un
empleo por cuenta ajena donde poder desarrollarnos personal y profesionalmente.
Unos objetivos que se han visto truncados para muchos españoles, pero que no
significa que hayan fracasado en su carrera. Es otra oportunidad en su
trayectoria laboral. Algo desconocido que en un primer momento podía
parecer inalcanzable.
Es inevitable que cuando nos
enfrentamos a una situación desconocida aparezcan los miedos, las dudas y la
incertidumbre. Unos sentimientos que pueden hacer que un alto porcentaje de las
ideas de negocio se queden en eso, en ideas. En este sentido, con la formación
necesaria y con una cultura emprendedora inculcada desde muy pequeños, parte de
esos sentimientos podrían superarse fácilmente y nos veríamos capacitados para
sacar adelante nuevos proyectos.
Emprendedores españoles exitosos: http://www.youtube.com/watch?v=4Gu0E6tYoV4
Ahora es más fácil encontrar
cursos, talleres o seminarios sobre esta temática, consejos en Internet, plataformas
de intercambio de experiencias, puntos de atención o, incluso, programas de
televisión… todo ello, enfocado a jóvenes y mayores. Sin embargo, como profesional de la educación, echo en falta itinerarios basados en la transmisión de valores a los más pequeños. Sí, hablo de niños y niñas en edad escolar, esos pequeños que constantemente inventan
soluciones para resolver los problemas, y que usan su creatividad e imaginación
para conquistar el mundo. Si les enseñamos, ellos también pueden jugar a emprender
y, en un futuro, hacer de su pasión su trabajo.
Necesitamos más emprendedores.
Ese espíritu es la solución para volver a crear esos puestos de trabajo
perdidos durante la crisis. No olvidemos que los pequeños empresarios y los
emprendedores son el motor fundamental de España. Debemos reformular nuestro
sistema de valores y de prioridades desde las bases, transmitiendo esa cultura
a los más pequeños y aportándoles las nociones básicas sobre autoempleo y
gestión de un negocio. Y ,además de fomentar la cultura, la debemos reforzar con
el apoyo de nuestros referentes paternos, profesores y nuestro círculo más
cercano. Y no voy a negar que además de cultura y valores, también necesitamos
facilidades para emprendedores, pero hoy quería centrarme en la necesidad de aprender
a emprender desde pequeños.
Aprendamos. Emprendamos.
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