A veces no hace falta impartir
largos discursos para aprender grandes lecciones. Prueba de ello es este video
que comparto hoy con vosotros, en el que tres minutos son más que suficientes
para hacernos ver la importancia que tiene ayudar a los demás sin esperar nada
a cambio. El protagonista de esta “historia” es un niño que roba medicinas para
su mamá enferma. Cuando la propietaria del establecimiento se da cuenta, le
persigue para quitárselas, le reprocha que se las haya llevado y le grita.
Justo en ese momento, aparece otro comerciante que se encarga de pagarlas para
que el chaval se las pueda llevar. No le pregunta por qué las roba, ni le pide
explicaciones. Simplemente abona la cantidad necesaria. A los años, el destino
hace que el niño y el comerciante se vuelvan a cruzar en el camino, pero en
esta ocasión es el chico quien ofrece su ayuda. ¡No te lo pierdas!
Día a día nos enfrentamos a
situaciones en las que requerimos la ayuda de otra persona o alguien nos
necesita a nosotros. En estos momentos complicados, las personas que necesitan
ayuda, por lo general, no se atreven a pedirla; y las que deberían ayudar no se
dan cuenta o hacen la vista gorda. Pero afortunadamente no todos los seres
humanos son iguales, y siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos
voluntariamente. Precisamente, a esas personas, a las que ofrecen su ayuda sin
esperar nada a cambio, les debemos admiración y respeto.
En definitiva, tratar a los demás
como nos gustaría que nos tratasen a nosotros, tender la mano cuando alguien lo
necesita… son gestos sencillos que nos ayudarían a todos a ser mejores personas
y vivir un poco más felices.