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miércoles, 29 de abril de 2015

La elección de la carrera universitaria


La elección de una carrera universitaria supone un punto de inflexión en la vida de cualquier estudiante. Cuando ya se ha tomado la importante decisión de continuar por la senda del conocimiento, llega el momento de determinar cuál será la dirección que marcará el rumbo de nuestros esfuerzos y que conformará el resto de nuestra vida. Una decisión tan personal no podemos tomarla por ti, pero lo que sí podemos hacer es darte una serie de consejos que podrán ayudarte a elegir el camino apropiado.

En primer lugar deberías plantearte una serie de preguntas básicas: ¿qué es lo que te gusta hacer? ¿Con qué tarea te sientes cómodo? ¿Qué sabes hacer? Ten muy presente que hay que encontrar un equilibrio perfecto entre la pasión por una actividad y el óptimo desempeño de esta. Puedes ser muy bueno en determinadas materias, pero si no te gustan y no sientes verdadera pasión por ellas, dedicar el resto de tu vida laboral enfocando tu actividad hacia ese campo puede ser un error que lamentarás enormemente en el futuro. Normalmente, el ser humano hace bien lo que le gusta, así que no será muy difícil dirimir una respuesta clara sobre nuestros gustos laborales, aunque siempre está bien partir desde este punto.

La oferta y la demanda de la profesión que vayas a estudiar también es una parte fundamental de la elección. Pensar en la tarea que nos gustaría desempeñar en los próximos años no sirve de nada si la salida laboral o las oportunidades que se ofrecen son escasas o nulas. Si este es vuestro caso, hay que pensar en algo que nos guste y nos permita sustentarnos en un futuro próximo. Para las verdaderas pasiones siempre hay tiempo, podremos dedicarle nuestros momentos de asueto e ir buscando poco a poco nuestro sitio a la vez que nos formamos. Si hay algo que realmente sea el centro de vuestra motivación, pero por desgracia no puedes ganarte la vida con ello, nunca tires la toalla. Piensa en la posibilidad de que quizá no sea el momento adecuado para dedicarte a dicha tarea, hay multitud de profesiones que esperan una oportunidad para convertirse en una verdadera vocación.

El coste económico del desarrollo de una carrera universitaria también es algo a tener muy en cuenta. Hay que valorar lo que nos va a costar, si nuestra familia puede hacerse cargo de ello, hacer números si vamos a realizar nuestros estudios en otra ciudad, o plantearse la posibilidad de elegir una universidad pública o privada. Este tipo de cuestiones pueden parecer secundarias en un primer momento, pero tienen un peso decisivo a la hora de tomar una decisión, ya que no todas cuestan lo mismo.

Y por supuesto, ¡ojo con la nota de corte! Tendremos que estar pendientes de ella durante nuestra estancia en el instituto e ir calculando la media si tenemos alguna carrera determinada en nuestro punto de mira. En el caso de que no nos llegara, es preciso buscar alternativas que nos permitan acceder a lo que nosotros deseemos, como Grados Medios o Superiores, aunque el camino para llegar sea más largo.

Ante todo, nunca olvidéis quién sois y quién queréis llegar a ser en un futuro. Una carrera va a marcar las coordenadas del porvenir, y desde aquí os aseguro que dedicar tu vida a algo que realmente te gusta, no tiene precio. Warren Beaty dijo: "Has alcanzado éxito en tu campo cuando no sabes si lo que estás haciendo es trabajar o jugar".

miércoles, 22 de abril de 2015

La concentración


La concentración constituye un elemento indispensable para el aprendizaje y en muchas ocasiones no le damos la importancia necesaria en los procesos de estudio. Seamos claros, sin la adecuada concentración es imposible asimilar conocimientos y centrarnos en la tarea que estamos desempeñando. En este artículo vamos a ofrecer una serie de pautas para favorecer esa capacidad y averiguar los beneficios presentes y futuros.

Actualmente somos presa de un bombardeo constante de estímulos que nos distrae de cualquier labor, por lo que es vital entrenar correctos hábitos de concentración desde una edad muy temprana. Cuanto antes empecemos, más fácil nos resultará abstraernos  y aprovechar nuestro tiempo.

Lo primero que podemos hacer es prestar atención al tiempo y comenzar con una concentración plena en periodos cortos que iremos aumentando paulatinamente. Empezando con lapsos de estudio de entre 10 y 15 minutos conseguiremos crear una base aceptable para luego no fatigar nuestra mente cuando tengamos que estar atentos durante un periodo de tiempo más largo. Descansar es clave, combinaremos cualquier actividad con momentos de esparcimiento frecuentes para no saturarnos con facilidad a la hora de ponernos a trabajar.

Es fundamental eliminar estímulos que puedan distraernos, es decir, limpiar nuestro entorno y preparar el espacio. Televisión, libros, cómics, videojuegos o música son los mayores enemigos a la hora de concentrarnos. Tendremos que buscar una zona despejado, lejos de lugares de tránsito y que esté bien iluminado. Hay que averiguar cuál es el motivo de nuestras constantes distracciones y hacer que desaparezca.

Es posible que la falta de sueño o los problemas de la vida diaria también puedan afectar a nuestro rendimiento, así que si queremos dar lo mejor de nosotros mismos habrá que descansar las horas suficientes y hacer un paréntesis mental de las preocupaciones que tengamos.

No podemos abordar varias tareas a la vez, dividir la concentración es una mala idea que nos ronda la cabeza cuando la situación nos supera y hay un sinfín de tareas pendientes. Es conveniente organizarse, ir paso a paso y realizar un cosa detrás de otra. Optimizar nuestros esfuerzos es básico cuando somos una presa fácil de la distracción.

Hay que tener muy presente que la concentración es una capacidad que mejoraremos con el tiempo. Ser constante y no perder la paciencia son requisitos indispensables para lograr nuestro objetivo. Tardaremos en conseguirlo, pero es cuestión de voluntad y perseverancia.

Si dividimos nuestro trabajo en partes nos será más fácil lograr la concentración que queremos, o también podemos realizar las labores principales en primer lugar y postergar las más triviales, ya que al iniciar cualquier tarea enfocamos nuestra atención de manera más eficaz.  

Estas pautas no son ninguna tontería, aumentaremos nuestro rendimiento y mejoraremos resultados, potenciaremos el desarrollo personal, mejoraremos nuestra autoestima y lograremos optimizar nuestro tiempo.  Como dijo Bruce Lee: “La concentración es la raíz de todas las capacidades del hombre”.

miércoles, 15 de abril de 2015

Redes educativas



Las redes sociales se han convertido en una herramienta del día a día, un recurso que ha llegado hasta el punto de ser esencial para nuestra interacción con el mundo que nos rodea. La masificación de las redes sociales está afectando también a la educación y se está configurando poco a poco en un instrumento de primer orden que debemos tener muy presente.

Cuando pensamos en redes sociales lo primero que nos viene a la mente es Facebook, Twitter o Linkedin, pero en realidad existen muchísimas más plataformas que podemos aprovechar, tanto alumnos como docentes, en materia de educación y que son prácticamente desconocidas para la gran mayoría. Este tipo de redes suponen un paso de gigante para la creación de una gran comunidad educativa y  asientan las bases de lo que se convertirá la formación en un futuro.

Edmodo, por ejemplo, es una red social creada en 2008 para alumnos, profesores y padres. Con más de 49 milllones de usuarios, ayuda a conectar a los estudiantes con los recursos, individuos y entidades necesarias para desarrollar sus capacidades al completo.  En ella se puede participar en debates, existe la posibilidad de enviar trabajos, acceder rápidamente a documentos o enlaces, adjuntar ficheros, crear publicaciones o incluso la creación de grupos privados gestionados por los docentes.

Si hablamos de Docsity, hablamos de una herramienta en la que los alumnos pueden intercambiar, buscar o descargar contenidos de otros estudiantes creando así una interacción directa entre ellos. Con diferentes temáticas como las matemáticas, física, química, derecho, idiomas o psicología, entre muchas otras, es un valiosa fuente de consulta para alumnos universitarios que busquen un contenido específico. Su área de blogs, en la que se incluyen diferentes artículos sobre todas las carreras, permite que los usuarios puedan intercambiar opiniones con otros usuarios o resolver dudas de manera casi instantánea.

EducaNetwork explota al máximo la principal característica de las redes sociales con la posibilidad de formar grupos de aprendizaje en los que los usuarios pueden compartir pruebas multimedia para poner a prueba el conocimiento de los participantes. También, pone a disposición de los docentes una serie de herramientas, totalmente gratuitas, muy útiles para la labor en el aula.

Eduredes es el lugar de encuentro para todos aquellos que quieran intercambiar sus experiencias en la administración de redes sociales educativas y aprender sobre el uso docente de estas. Hablar sobre el correcto uso de las redes sociales con fines educativos es fundamental para sacar el mayor provecho en su utilización.

Quizá no nos damos cuenta en muchas ocasiones de que la educación es compartir, comunicarse y aunar experiencias. No podemos dejar de lado herramientas y avances que nos permitan dar un paso hacia una enseñanza global de calidad. No todo es estudiar libros y aprender la lección como loros, conocer otros puntos de vista y compartir distintas prácticas otorga una visión más amplia sobre cualquier tema, eso es un hecho.

El futuro ha llegado a la educación y no abrirle la puerta supone un tremendo error. Ya lo dijo Malcom X: “La educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy”. 

miércoles, 8 de abril de 2015

Deberes ¿Sí o no?



Este debate se ha extendido mucho los últimos años, cada vez hay opiniones más dispares sobre el tema y, tanto docentes como padres, no están seguros de que postura tomar. Los hay que no pueden concebir una enseñanza sin las tareas para después del colegio y por otro lado están los que defienden la no saturación de los más pequeños.

Si echamos la vista atrás, nos daremos cuenta de que en el siglo XX existía una concepción de los deberes que giraba en torno a lo positivo y se consideraban una parte más que esencial del sistema educativo español. Con el paso de los años y gracias a la inclusión de nuevos métodos de enseñanza, así como la aparición de estudios sobre el refuerzo negativo que supone la asignación de una carga de trabajo excesiva, la confianza en un método de enseñanza que se nutra de la realización de deberes está perdiendo adeptos. 

Incluso si nos alejamos en el tiempo, concretamente hasta la década de los 50, podemos atisbar algún rasgo de esta evolución. El Ministerio d
e Educación aprobó una circular que prohibía los deberes a los niños. En este aspecto podemos señalar múltiples ventajas de no asignar tareas a los más pequeños, aunque en los primeros cursos de primaria se recomienden ciertas actividades para realizar en casa para que se vaya trabajando en el hábito de estudio al que posteriormente tendrán que enfrentarse cuando lleguen a la E.S.O.

Vamos a pensarlo de esta manera, después del horario escolar de x horas, los alumnos deben dedicar entre una y dos horas a la realización de ejercicios impuestos por el profesor, sinceramente, ¿a usted le apetecería ponerse a estudiar? Con esto quiero hacer ver que, en ocasiones, los ejercicios que se mandan para hacer en casa perjudican seriamente un tiempo que debería asignarse a potenciar las labores de estudio.

No debemos creer que es mejor que nuestros hijos se pongan a estudiar en vez de a jugar cuando salgan del colegio. Es importantísimo para su equilibrio emocional y mental que tengan tiempo para desconectar de la rutina. 

También nos olvidamos en ocasiones de los efectos negativos que pueden provocar en el ambiente familiar, ya que los deberes siempre suelen ser tema de crispación y frustración tanto para los padres como para los hijos. Además, podemos caer en el error (sin darnos cuenta, por supuesto) de hacer que asocien las tareas con algo tedioso que hay que eludir.

Tampoco quiero desechar totalmente la asignación de deberes, considero que son beneficiosos en su justa proporción. Esas actividades deben estar medidas y asignadas con criterio, que consigan ser un refuerzo positivo de la actividad llevada a cabo por los docentes en el centro escolar. También deben estar personalizadas, un profesor no puede tratar a todos los alumnos de la misma manera y mandar deberes “a granel”. Cada alumno posee unas necesidades diferentes y habrá que ajustar cualquier tipo de actividad al ritmo de trabajo que puede desempeñar. 

Nunca perdamos de vista el objetivo de los deberes, tratan de ayudar, no de ser una carga ardua y pesada.