Después de pasar unos cuantos años de dificultades en el
terreno laboral (y en otros muchos ámbitos), ha llegado el momento de buscar el
empleo que queremos y dedicarnos en cuerpo y alma a lograr nuestros objetivos.
Encontrar trabajo sigue siendo algo difícil en este país, pero no por eso
debemos tirar la toalla y abandonarnos a un estado de apatía absoluta. Hoy
queremos ayudar a esas personas que buscan una oportunidad de demostrar su
valía, que pueden convertirse en algo más que un engranaje de la gran
maquinaria de una empresa y que pueden dar lo mejor de sí mismos.
Lo primero de todo es acotar la búsqueda y orientarla hacia
nuestras mejores capacidades. Diversificar esta tarea es como recorrer un
laberinto con una venda en los ojos. Tenemos que saber hacia dónde nos
dirigimos, echar un vistazo dentro de nosotros mismos y delimitar nuestro
perfil profesional. Podemos hacernos preguntas como: ¿cuál es mi formación?
¿Qué experiencia tengo? ¿Qué puedo aportar? ¿Dónde quiero trabajar? Poner por
escrito este tipo de cuestiones nos ayudará configurar un buen punto de partida
y tener una visión más clara del momento en el que nos encontramos.
No olvidemos la actitud, el verdadero motor de la búsqueda
de empleo. Tan importante como prepararse para buscar trabajo es querer hacerlo
y un buen estado de ánimo influye directamente en la visión positiva de la
tarea; está claro que tendremos altibajos y momentos de debilidad, pero
esforzarse y perseverar augura buenos resultados. También tendremos que tener
paciencia, es muy probable que tengamos que pasar por varios procesos de
selección antes de lograr un puesto de trabajo y no por eso somos peores
candidatos. Mantenerse activo, ser tenaz y tener constancia hará que nuestra
oportunidad se presente tarde o temprano.
La victoria siempre sonríe a la persona que mejor preparada
esté, eso es un hecho. La sensación que otorga el control de una situación no
pasa inadvertida para la persona que nos vaya entrevistar en un futuro y además
es un aspecto que resulta muy atractivo para las empresas. Conocer tu CV al
milímetro, contar con una carta de presentación específica para cada
candidatura que denote una buena predisposición y estilo propio, o conocer toda
la información posible de la empresa por la que vayamos a ser entrevistados,
son factores que marcan la diferencia.
En cuanto a la búsqueda, puede que nos sintamos abrumados
por la cantidad de bolsas de empleo y buscadores que existen en la actualidad,
pero tan solo consiste en desarrollar una buena estrategia y organizarse como
es debido. Hay que diversificar nuestro esfuerzo y aprovechar las ventajas que
nos da cada portal, red social o bolsa de empleo. Tómalo como una rutina y
entra cada mañana en las páginas web de trabajo, haz una lista de las empresas en
las que podrías o querrías trabajar y desarrolla un plan para cada una. No
olvides que cada empresa es diferente y puede valorar unas aptitudes u otras,
depende de su política o del perfil requerido. No olvidemos el Networking,
alguno de nuestros contactos podría darnos una oportunidad de incorporarnos al
mercado laboral. Aprovecha todos los recursos que tengas a tu alcance.
Todo lo dicho anteriormente no sería nada sin un buen
currículum que presentar. Si te falta experiencia o conocimientos puede ser un
buen momento para plantearte si necesitas formación adicional o potenciar
alguna de las habilidades que ya poseas. El estilo del CV también cuenta
muchísimo, ten en cuenta que tu hoja de trabajo se encuentra entre las de
cientos de personas que optan al mismo puesto que tú. Crea un currículum
personal, atractivo y que sea claro para el lector; puedes acceder a un millar
de plantillas y mecanismos en internet para ayudarte a hacer un CV que sea
difícil de olvidar.
Llegado el momento de la entrevista de trabajo es importante
cuidar aspectos como la imagen y el lenguaje no verbal, no creo que la primera
impresión sea la que vale como reza el dicho, pero sin duda ayuda bastante.
Debes estar preparado para cualquier tipo de pregunta y relajarte, desmitificar
lo que son las entrevistas e intentar crear un ambiente relajado en el que te
sientas cómodo.
Aparta cualquier pensamiento negativo de tu mente y
convierte tus debilidades en fortalezas. Seguro que así tendrás éxito no sólo
en el mundo laboral, sino en cualquier ámbito de tu vida.