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miércoles, 11 de junio de 2014

Dosifica tu esfuerzo para superarte cada día



“Querer es poder”, con esta premisa llegamos a todos los sitios. No hay nada mejor que las ganas y el interés para superarnos día a día. Y cuando hablo de superación me refiero al vencimiento de un obstáculo o dificultad rebasando un límite, en cualquier ámbito de nuestra vida, ya sea a nivel personal, académico o laboral. Todos y cada uno de nosotros podemos superarnos, pero no todos tienen o tenemos el deseo de hacerlo, ni el mismo grado de compromiso o esfuerzo.
En su día ya lo dijo Lucio Séneca: “Las cosas no son difíciles. Son difíciles porque no nos atrevemos”. Y en este sentido, el esfuerzo y la capacidad de superación son dos compañeras de ruta indispensables que nos guiarán en el camino para desarrollar el talento y ser competitivos. Nadie nos va a regalar nada, el éxito se consigue tras muchas horas de entrenamiento.
No tenemos que darnos por vencidos cuando algo nos parece complicado, hay que luchar hasta conseguir lo que queremos. Como padres o educadores, asumimos la ardua tarea de eliminar de nuestros hijos o alumnos el pensamiento de “no puedo hacerlo” para sustituirlo por un “lo voy a intentar”. Debemos preparar a futuros profesionales y ciudadanos para un mundo donde el talento va a ser diferencial. 

Para alcanzar el éxito, día a día hay que cargar la mochila o los bolsillos de esfuerzo y superación. Unos valores que, de entrada, podemos pensar que se adquieren en el colegio pero como ya he mencionado en alguna ocasión, se deben inculcar principalmente en casa y de la mano de la propia familia. Si desde pequeños les enseñamos a esforzarse con pequeñas cosas, cada vez serán capaces de afrontar retos mayores y les ayudará a superar aquellas barreras que puedan entorpecer su camino.

A la hora de enseñar debemos seguir tres pautas: dar ejemplo, explicar y dialogar, y hacer. No cabe duda que, como padres, nuestro ejemplo es esencial. A los hijos les ayuda mucho ver como también nos esforzamos, trabajamos, asumimos nuestros errores y aquellos imprevistos que puedan surgir en el camino. Los niños se limitarán a imitar. 

Además, el hecho de marcar unas metas realistas, adecuadas a su edad y capacidades, como ya he mencionado en otras ocasiones, será imprescindible a la hora de inculcar y reforzar la cultura de esfuerzo y la capacidad de superación. Es muy importante que reconozcamos su talento, el que sea, y que  valoremos su trabajo y esfuerzo, así como la capacidad de superación por encima del rendimiento. De esta forma, les haremos ver que ellos son lo importante.

No hay camino exento de trabajo. La clave es sonreír a la adversidad y a la vida. Debemos fijarnos unos objetos que nos ayuden a superarnos día a día, marcando una estrategia, teniendo en cuenta nuestros recursos y posibilidades, y sin olvidarnos de asumir las posibles frustraciones que puedan surgir.
 

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