Como decía Albert Einstein: “Hay
una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía
atómica. Esa fuerza es la voluntad”. Es
esa energía interior que ayuda a afrontar las dificultades, retos y esfuerzos
que la vida plantea continuamente. Un valor que en ocasiones parece extinguirse
entre nuestros jóvenes, y que precisamente en estas fechas deben ponerlo a
prueba aquellos estudiantes que en junio no obtuvieron los resultados deseados.
Son momentos complicados porque mientras la mayoría de sus amigos y compañeros
están de vacaciones, ellos deben renunciar a las actividades propias del verano
para hacer frente a los apuntes que les han acompañado durante el curso.
En más de una ocasión me
encuentro con que los jóvenes de hoy en día no se dejar exigir y se limitan a
trabajar con la “ley de mínimo esfuerzo”. Pero no debemos permitir que la
voluntad pase a un segundo plano porque es necesaria para estudiantes,
trabajadores y cualquier persona que desea alcanzar unas metas. Si bien es
cierto que al tratarse de una energía puede llegar a agotarse; para recuperarla
debemos recargar nuestros cuerpo y mente con descanso, comida o distracción, y
para incrementarla trabajaremos la motivación.
La clave para ser un estudiante
excelente radica en la voluntad, y puede ser más relevante, incluso, que la
capacidad mental del alumno. (……..). El poder de la voluntad es incalculable,
los resultados que se pueden obtener, ya sea trabajando solos o acompañados, es
una posibilidad impensada en muchas ocasiones.
Cuando nos mueve la voluntad las montañas se hacen pequeñas,
las estrellas se acercan y se elimina cualquier barrera que pudiera aparecer en
nuestro camino. Así, el poder de la voluntad es indiscutible e incalculable.