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jueves, 11 de septiembre de 2014

Claridad, limpieza y orden, tu sello de identidad



Suele ser usual que los profesores requieran a sus alumnos la confección de diversos trabajos. Una actividad que complementa la materia impartida en clase y que, además, debería poner en práctica nuestra habilidad para buscar, seleccionar y contrastar datos, así como nuestra capacidad para resumir, expresar y manifestar con orden y claridad las ideas, pero…¿sabemos realmente hacer trabajos? La cantidad de información que disponemos a golpe de ratón, en muchas ocasiones no resulta bien empleada. Muchos de los trabajos se limitan a ser un “copia-pega” de la primera página que aparece, por ejemplo, al buscar información sobre la I Guerra Mundial.
 
Por ello voy a intentar, a grandes rasgos, esbozar algunos consejos sobre cómo debemos elaborar un buen trabajo de clase. En primer lugar, en lo que se refiere al contenido, tendremos que escoger el tema, siempre y cuando sea opcional. Debemos tener muy claras las pautas y orientaciones marcadas por el profesor antes de iniciar la elaboración. A continuación, plantearemos una serie de preguntas a las que nos gustaría dar respuesta e iniciaremos la búsqueda de información y crearemos un esquema con los puntos a desarrollar. A la hora de recabar información, nunca nos conformaremos con una única fuente, trataremos siempre de consultar, al menos, dos o tres, intentando combinar libros (que aunque parecen estar en desuso siguen existiendo), internet o medios de comunicación. Seleccionaremos los datos o informaciones más importantes y, a partir de allí, elaboraremos un primer borrador.

Una vez finalizada la “propuesta”, el siguiente paso será darle forma y hacerle un “lavado de cara” antes de entregárselo al profesor. Así, depuraremos el borrador haciendo especial hincapié en evitar las faltas de ortografía y teniendo especial cuidado con la redacción del mismo. Construye párrafos con sentido y dedica uno para cada idea. El diseño debe ser limpio, fácil de leer y de comprender. Evita tachones, excesos de color o adornos. Es muy recomendable resaltar los títulos de cada apartado y, a ser posible, añadir material gráfico como pueden ser mapas, fotografías, tablas o estadísticas.

Al final del documento, es muy aconsejable citar las fuentes utilizadas para el trabajo en el apartado de “Bibliografía”. Allí se indica el libro o la página consultada así como el autor de dicha información. 

Para finalizar, es recomendable hacer un último repaso en el que tratemos de corregir aquellos pequeños fallos o despistes que pueda haber. Si hay que entregar el trabajo en papel, imprimiremos la copia definitiva y la encuadernaremos en una funda plastificada. Por el contrario, si la entrega es en formato digital nos aseguraremos que enviamos o guardamos el archivo correctamente.

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