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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Hacer los deberes, una rutina para alcanzar grandes metas





Seas padre, madre, estudiante o docente quizá pienses que los deberes son una poderosa herramienta de aprendizaje o, por el contrario, tu opinión se centre en que sobrecargan a los alumnos y les impiden disfrutar de su tiempo de ocio. Y es que el debate ¿deberes sí o deberes no? está a la orden del día, polémica que revive año tras año acompañada del inicio del curso.

Sea cual sea tu postura, lo cierto es que los deberes son una realidad, y nos guste o no debemos hacerlos. Se trata de tareas que los docentes encargan a sus alumnos para que las realicen en casa, una vez finalizada la jornada escolar. Su objetivo no es otro que afianzar los conocimientos aprendidos en clase pero… ¿cómo debemos afrontarlos?.

Ya hemos mencionado en alguna ocasión que con el inicio del curso debemos establecer un horario para nuestras rutinas diarias, en el que se tengan en cuenta tanto los momentos de ocio como los de trabajo, y en el que debe tener cabida el tiempo dedicado a las tareas escolares. Así, lo primero que debemos hacer es fijar un momento del día y un sitio apropiado para ello; reglas y horarios que deben cumplirse a diario.

Como padres, es recomendable que acompañemos a los pequeños mientas hacen las tareas. Pero… ¡ojo!, no confundamos el hecho de estar cerca y atentos mientras los realizan, con hacerles sus deberes. Simplemente, si vemos que se atasca con la tarea le echamos una mano y le proporcionamos ideas o instrumentos necesarios para pensar o buscar alternativas. En definitiva, le ofreceremos las herramientas para que adquiera la autonomía necesaria para realizar sus tareas diarias. Aunque la corrección de las tareas es cosa del docente, como padres podemos revisar los deberes. Así, trataremos de destacar en un primer lugar aquello que ha hecho bien y a continuación mencionaremos los errores que pueda haber cometido pero sin exageraciones. 

En definitiva, nuestra tarea se debe centrar en apoyar a nuestro hijo/a y animarle a seguir adelante con el proceso de aprendizaje. ¡Recuerda!, con pequeños pasos día a día es posible alcanzar grandes metas.

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