¿Te
has planteado alguna vez si estudias de la forma correcta? Muchas veces los
resultados no dependen de las horas que dediquemos a algo, sino de cómo nos
dedicamos a ello. En el caso del estudio, podemos pasar horas y horas delante
de los apuntes, pero si ese tiempo no es productivo no lograremos los
resultados esperados, lo que puede resultar “frustrante”. Se ha demostrado que
una de las principales causas del fracaso escolar y académico es que los
alumnos no saben estudiar. Precisamente, aquí radica la importancia de aprender
a aprender para que estudiar sea, cada día, un estímulo gratificante.
Las
técnicas de estudio no son infalibles ni tampoco imprescindibles para todos,
pero debemos conocerlas para poder elegir la que mejor se adapte a nuestra
forma de interiorizar contenidos. Y en nuestra mano está adaptarlas o
“inventar” otras nuevas, la cuestión es que nos resulten útiles. Aunque la
memoria debe estar entrenada para lograr un buen aprendizaje, estudiar de
memoria está pasado de moda porque ahora tenemos muchas otras técnicas de
estudio que resultan más divertidas y dinámicas.
Seguro
que en más de una ocasión habéis dejado los apuntes encima de la mesa, han
pasado varios días y no tenéis muy claro por dónde cogerlos. Ya que empezar
algo es tenerlo casi terminado, comenzaremos por la lectura. Ésta supone la
parte más importante del estudio porque es la forma de entrar en contacto con
un tema. Lo esencial en esta fase es lograr la comprensión del texto, todo
dependerá de nuestra capacidad para entender palabras y emplearlas
correctamente. Es muy importante que siempre estemos dispuestos a aumentar
nuestro vocabulario y que, cuando aparezca una palabra desconocida, dediquemos
un minuto a buscarla en el diccionario o en internet. De esta forma lograremos
almacenarla en nuestra cabeza para siempre. En este sentido, también nos puede
ser útil elaborar una lista de conceptos clave.
El
subrayado y las anotaciones al margen nos ayudan a destacar lo relevante de la
información que vamos leyendo. Antes de subrayar el texto es imprescindible que
hayamos comprendido todo el contenido. Podemos emplear distinto subrayado en
función de los aspectos que queramos destacar (idea principal, idea secundaria,
detalle…), y hacer uso de otras herramientas que nos ayuden a relacionar unos
contenidos con otros (flechas, símbolos, corchetes, paréntesis…). ¡ojo! No
caigas en el error común de subrayar en exceso y empezar a hacerlo antes de
haber realizado una lectura completa.
También
resulta muy interesante sintetizar el temario mediante un resumen, presentando
la información de forma breve y con nuestras propias palabras; crear nuestros
propios apuntes nos permitirá recordarlo más fácilmente. Otra opción a la hora
de sintetizar es mediante un esquema, en el que presentaremos, de manera clara
y concisa, las ideas principales, secundarias y su estructura lógica.
Si
en nuestra cabeza almacenamos una serie de ideas “sin orden ni concierto”, los
mapas conceptuales o mentales nos ayudarán a organizarnos. Esta técnica, bien
utilizada, puede ahorrarnos muchas horas de estudio y ayudarnos a consolidar
nuestros conocimientos de cara al examen.
Seguro
que en alguna ocasión has intentado memorizar una serie de palabras sin éxito.
Esto ya no te volverá a ocurrir sin inventas palabras que te faciliten
memorizar ese listado. Por ejemplo, la palabra inventada BIG (que relacionamos
con “grande” en inglés) nos puede ayudar a recordar Beneficios, Ingresos y
Gastos. Y ello a su vez, nos puede servir para memorizar la fórmula de
BENEFICIOS = INGRESOS/GASTOS.
A la
hora de elegir la técnica de estudio, debemos ayudarnos de nuestros puntos
fuertes. Por ejemplo, si contamos con una buena memoria visual, tendremos
facilidad para memorizar mejor los conceptos que están asociados a imágenes o
dibujos. Por ello, puede ser muy útil acompañar el estudio con ciertos recursos
visuales.
Tal
y como ya hemos mencionado en alguna ocasión, resulta esencial saber organizar
el tiempo de estudio estableciendo nuestro propio calendario, en función de los
objetivos y el tiempo del que disponemos. Y como reza el refrán, “no dejes para
mañana lo que puedas hacer hoy”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario