El pasado 5 de octubre se celebró el Día Mundial de los
Docentes que desde 1994 pretende conmemorar la encomiable labor que supone, ya
no la enseñanza, sino la construcción de un futuro mejor para las generaciones
venideras. Esta celebración enarbola un tema diferente cada año y este ha sido
el turno de ‘Empoderar al profesorado para construir sociedades sostenibles’,
un mensaje que no ha de ser tomado a ligera en ningún sentido.
Es por todos reconocido que los docentes se configuran como
la argamasa que mantiene en pie la educación, que son la vanguardia para
conseguir los objetivos principales de una sociedad basada en el conocimiento,
la ética y los buenos valores. Aunque la realidad juegue en su contra debido a
problemas como la falta de medios, la baja consideración social o la escasa
capacitación, se intenta paliar la situación poco a poco. Como dato global de
cómo se encuentra el panorama educativo respecto a los objetivos de la
educación primaria universal de aquí a 2020, el Instituto de Estadística de la
UNESCO establece que será necesario contratar a 12,6 millones maestros de primaria.
Está claro que todavía queda mucho trabajo por hacer.
El primer paso sería otorgar ese empoderamiento a los
docentes, que posean los medios necesarios para poder llevar a cabo su labor.
Tal y como dice la Declaración de Incheon aprobada en el Foro Mundial de Educación
celebrado en mayo de 2015: “Velaremos
por que los docentes y los educadores estén empoderados, sean debidamente
contratados, reciban una buena formación, estén cualificados profesionalmente,
motivados y apoyados dentro de sistemas que dispongan de recursos suficientes,
que sean eficientes y que estén dirigidos de manera eficaz .... “
Numerosas iniciativas intentan cambiar la realidad, como la propuesta
que nació en la última Cumbre de Oslo sobre Educación y Desarrollo en la que se
remarcó la importancia de aumentar las inversiones en la formación de docentes.
Esto no sólo repercute en lograr la llave de la sostenibilidad, allana el
camino para la evolución de una sociedad capaz de reaccionar en tiempos
difíciles y llegar a una educación global de calidad accesible para todos.
Las metas del Desarrollo Sostenible incluyen un objetivo
específico, el número 4, en el que se propone de aquí a 2030: “Se aumente
sustancialmente la oferta de docentes calificados, en particular mediante la
cooperación internacional para la formación de docentes en los países en
desarrollo, especialmente los países menos adelantados y los pequeños Estados
insulares en desarrollo”.
Los actos del 5 de octubre fueron enfocados a esos esfuerzos,
en concienciar a la población mundial de la importancia de empoderar a los
docentes. Hasta que no nos demos cuenta de que son una herramienta que forja
nuestro destino, estaremos dejando de lado uno de los problemas más importantes
de cualquier sociedad. Como dijo Henry Brooks Adams y para hacer hincapié en la
importancia del tema que hoy nos ocupa: “Un profesor afecta hasta la eternidad;
nunca se puede decir donde termina su influencia.”
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